Itongadol/Agencia AJN.- La elección del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost como Papa León XIV reveló un capítulo poco conocido de la historia reciente, que conecta a la ciudad peruana de Chiclayo, a la Argentina en la Guerra de Malvinas y a Israel como proveedor silencioso de armas en el conflicto del Atlántico Sur.
Durante su primer saludo como Sumo Pontífice, León XIV recordó a la diócesis de Chiclayo, donde fue obispo. Lo que muchos no sabían es que allí se bendijeron diez aviones Mirage que luego participaron en la Guerra de Malvinas.
Pero estos aviones, enviados por la Fuerza Aérea de Perú a la Argentina, esconden un entramado internacional en el que Israel jugó un papel clave.

Cuando la Argentina quedó aislada por los bloqueos impuestos por Estados Unidos, Gran Bretaña y el resto de Europa, el gobierno de facto de Leopoldo Galtieri recurrió a un aliado inesperado: el Estado de Israel. En plena dictadura militar y pese al antisemitismo imperante, Jerusalem respondió con una asistencia estratégica.
Israel vendió a la Argentina armamento por más de 170 millones de dólares: aviones Mirage IIIC y A-4E Skyhawk, radares, municiones, misiles Shafrir, camperas de abrigo y hasta equipos de cifrado.
El entonces primer ministro israelí, Menajem Beguin, fue quien dio la orden directa. Con un profundo resentimiento hacia los británicos, debido a la ejecución de su amigo Dov Gruner por parte del Mandato Británico de Palestina, Beguin manifestó: “¿Esto se va a usar para matar ingleses? Kadima (adelante)”.
Sin embargo, para evitar tensiones diplomáticas con el Reino Unido, Israel recurrió a una estrategia de triangulación. Las nuevas entregas de armas se canalizaron a través de Perú, bajo el respaldo del presidente Fernando Belaúnde Terry. Así, muchos de los aviones, equipos y municiones llegaron desde Jerusalem a Buenos Aires con escala y bendición en Chiclayo.
El Papa León XIV formó parte de ese capítulo cuando los aviones Mirage fueron bendecidos durante su gestión pastoral.
La historia de los aviones israelíes fue documentada por el periodista Hernán Dobry en su libro “Operación Israel: El rearme argentino durante la dictadura”, donde detalla cómo el Mossad y empresas como Isrex operaron en las sombras para cumplir los contratos previos y también para facilitar nuevos envíos, encubiertos por medio de terceros países como Perú.