El presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski, defendió la decisión que su homólogo alemán, Horst Koehler, no pronuncie discurso alguno en Auschwitz en los actos por el 60 aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi.
En declaraciones al diario «Handelsblatt», el jefe de Estado polaco aseguró que, de esa manera, se sigue la tradición que sólo hablen en Auschwitz los representantes de Polonia, Israel y Rusia.
El presidente polaco se mostró comprensivo por el hecho de que la expulsión de los alemanes del este de Europa, después de la guerra y el bombardeo de grandes ciudades del país por parte aliada sigan teniendo un gran peso en Alemania. Sin embargo, según Kwasniewski, «no se puede olvidar quién impulsó la guerra y en qué ideología se basaba».
Pero los comentarios no vinieron de un solo lado. El crítico literario alemán Marcel Reich-Ranicki, uno de los últimos supervivientes del gueto de Varsovia, calificó de «vergonzosas y en definitiva incomprensibles» las críticas por el discurso del presidente germano, Horst Koehler, ante el Parlamento israelí.
En declaraciones al diario «Frankfurter Allgemeine», Reich Ranicki consideró una «total tontería» que en Israel se diga que el idioma alemán quedó desacreditado por los crímenes nazis. «La verdad es que los nazis abusaron del idioma alemán y que éste fue echado a perder de manera monstruosa por Hitler y muchos de sus más estrechos colaboradores», dijo.
Por invitación del presidente israelí, Moshe Katzav, el jefe de Estado alemán viajará a principios de febrero a Israel con motivo del 40° aniversario del establecimiento de lazos diplomáticos entre ambos países. El antecesor de Koehler, Johannes Rau, fue en el año 2000 el primer presidente alemán en pronunciar un discurso ante la Knesset (Parlamento).
Fte Cipidal