Itongadol/AJN.- La organización chiita libanesa Hezbollah perdió a más de mil de sus combatientes en la guerra civil siria. Pero Nasrallah no da marcha atrás y ahora intenta reclutar nuevos milicianos. La oferta incluye un salario de 2000 dólares por mes, atención médica gratuita para los heridos y becas para los niños.
En instalaciones secretas en el sur del Líbano, se encuentran hombres cuya edad en algunos casos no supera los 17 años. Allí son entrenados por Hezbollah en el uso de armas y tácticas de lucha contra insurgentes, antes de ser enviados a Siria para luchar junto a las fuerzas del presidente Bashar al Assad. Desde hace un tiempo, la organización lleva a cabo una extensa campaña de reclutamiento, una señal más de que – al parecer – la guerra en Siria es el conflicto más difícil en el que Hezbollah se ha visto involucrado. Las bajas en Siria – que hasta el momento superan los 1.000 hombres – se acerca el número de bajas que sufrió durante 18 años de lucha contra Israel en el sur del Líbano, durante los años ochenta y noventa.
El reclutamiento de combatientes, la mayoría de ellos chiíes libaneses, es aún más importante ahora para Hezbollah, implicado en batallas dentro de territorio sirio y en momentos en que trata de recuperar zonas tomadas por los rebeldes. Con el apoyo financiero y militar de Irán, Hezbollah logró aumentar su participación en Siria, mientras mantiene su predominio político en el Líbano. "Hezbollah no está más débil ahora que antes de unirse a la guerra en Siria", declaró Hisham Jabbar, ex oficial de alto rango en el ejército libanés.
Junto a Hezbollah también combaten soldados iraníes. Un nuevo video difundido recientemente muestra a Qassem Suleimani, comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria durante los combates. No está claro cuándo fue filmado el video. Assad, por su parte, continúa en lo suyo. En estos días, Bashar y su esposa Asma aparecieron juntos la preparación para la Navidad en una iglesia en Damasco, sin olvidar tomarse una “selfie”.
Según Jabbar – titular del Centro de Estudios de Oriente Medio en Beirut – unos 3.000 combatientes de Hezbollah se encuentran en Siria, alrededor del 15% de la fuerza de combate de la organización. Según este experto, Hassan Nasrallah tiene 30 mil combatientes más, cuyo entrenamiento podría actualizar y sumarlos a la lucha si fuera necesario.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos sostiene que 1500 combatientes de Hezbollah murieron en Siria desde principios de marzo de 2011. A modo de comparación, en la lucha contra Israel que finalizó en el año 2000 murieron 1.276 hombres de Hezbollah. En la Segunda Guerra del Líbano murieron 1200 hombres. En Israel se dijo que la mitad de ellos pertenecían a Hezbollah, mientras en el Líbano sostenían que la mayoría de los muertos eran civiles.
Hezbollah busca a sus combatientes entre la población chiíta, que constituye un tercio de los 4,5 millones de habitantes del Líbano, y por lo general no tiene ninguna dificultad para conseguir voluntarios para luchar contra los extremistas sunitas, a quienes define como "amenaza existencial".
Este fin de semana, el presidente estadounidense Barack Obama firmó una ley que aumentará la presión económica sobre Hezbollah y los organismos que le transfieren dinero, pero no parece que esta ley plantee grandes dificultades para la organización terrorista. Residentes del sur de Líbano cuyos familiares están luchando en Siria o que están entrenando para unirse a la lucha, declararon a la agencia de noticias AP que Hezbollah ha comenzado recientemente una importante campaña de reclutamiento.
En tres campos de adiestramiento en el sur del Líbano se entrenaron en los últimos años miles de voluntarios de 17 años de edad en adelante, especialmente desde 2013, cuando los rebeldes comenzaron a bombardear aldeas en territorio libanés. El periodo de entrenamiento tiene una duración de entre 60 a 90 días. En el pasado, los combatientes eran preparados para luchar contra Israel, y hoy en día practican tácticas de combate en zonas urbanas pobladas y lucha contra insurgentes. A estos entrenamientos se unió a un pequeño número de chiitas de otros países de Oriente Medio y otros países asiáticos, que llegan al Líbano para estudios religiosos chiitas.
Cuando están en Siria, los combatientes de Hezbollah llevan el uniforme del ejército sirio y se les exige hablar árabe con acento sirio, para no llamar la atención. Los combatientes de élite reciben 2.000 dólares al mes, mientras se encuentran en Siria, una cifra más alta que el salario promedio en el Líbano. "Mi sobrino está luchando en Siria desde hace dos años", declaró a AP un residente del sur de Líbano. "Cada tanto tiene unos días de descanso en el Líbano, antes de volver a la guerra."
Hezbollah también ofrece incentivos para persuadir a los voluntarios de unirse a sus filas. Los niños reciben educación gratuita hasta que se gradúan en la universidad. Si el combatiente muere, su familia sigue recibiendo la beca. Si resulta herido, es atendido en forma gratuita en uno de los hospitales de la organización.
Hezbollah comenzó a enviar combatientes a Siria en 2012, "para defender los lugares santos chiítas cerca de la capital Damasco." En 2013 la organización fue una pieza clave en la conquista de Al Quseir, cerca de la frontera con el Líbano, después de una batalla que duró tres semanas, durante la cual murieron alrededor de 100 combatientes de Hezbollah. En los meses siguientes la organización conquistó otras zonas cercanas, lo que llevó al final de los bombardeos de los rebeldes.
Desde Rusia comenzó los ataques aéreos y el apoyo desde el aire a las fuerzas de Assad, los combatientes de Hezbollah se volvieron esenciales para el gobierno sirio en su intento por arrebatar a los rebeldes zonas ocupadas en las provincias de Latakia, Idlib y Alepo. La semana pasada ayudaron a las fuerzas del régimen a capturar una estratégica zona montañosa de Latakia, bastión de Assad en la costa siria.
Pero el combate tuvo un precio muy alto y la organización perdió a muchos de sus combatientes más experimentados. Prácticamente todos los días Al-Manar, el canal televisión de Hezbollah muestra el funeral de uno de sus hombres, con el ataúd cubierto con la bandera amarilla de la organización. Hezbollah nunca reveló el número de muertos, y sólo dice que “murieron como mártires mientras realizaban la Yihad”.
A modo de ejemplo, Hassan Hussein al-Hajj, oficial de alto rango de Hezbollah, murió en octubre pasado, combatiendo en la provincia de Idlib. Su sucesor, Mehdi Hassan Obeid, murió tres horas después de que al-Hajj fuera sepultado en el sur de Líbano. Pero Hezbollah no se retiró, y continúa luchando contra el Frente Al-Nusrah y el autodenominado Estado Islámico. Nasrallah lo dejó bien en claro en un discurso el mes pasado. "Estamos decididos a poner fin a la presencia de terroristas infieles en nuestra frontera, no importa cuánto debamos sacrificar para este propósito", dijo y no parece que vaya a cambiar de opinión a corto plazo.