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Innovador documental “La llave perdida” se presenta en el Festival Internacional de Cine Judío de Argentina

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Itongadol.- El documental “La llave perdida”, una de las películas que se exhibe en el 13° Festival de Cine Judío, fue presentado a los medios en una función especial.

Luego de la proyección su creador y director Ricardo Adler, acompañado por su esposa, Vivian Cohen de Adler, ambos de nacionalidad venezolana, dieron una conferencia de prensa.

Esta película trilingüe (castellano, inglés y hebreo, estos dos últimos subtitulada en castellano), filmada en Venezuela y los Estados Unidos, es muy particular pues explora cómo una relación sexual puede trascender el placer y convertirse en una experiencia espiritual en la que dos personas se fundan en una. Lo hace a partir de la necesidad de Adler de encontrar respuestas a una serie de interrogantes que le surgen luego de haberse divorciado de su primera esposa, y asistiendo a una charla con un rabino que comienza a interesarlo en la manera en que el matrimonio es considerado en la tradición judía, dirigiéndose luego a profundizar esos conocimientos con el rabino Manis Friedman, una personalidad carismática, reconocido autor, consejero matrimonial y conferencista, quien aporta su enfoque, a la vez que brinda también la experiencia de reconocidos sexólogos estadounidenses, tanto occidentales como de la medicina china, otros rabinos y la experiencia de otras personas, tanto judías como judías, introduciendo de este modo un moderno concepto sobre el sexo y su significación en la vida de la pareja judía.

Ricardo Adler explicó que “La llave perdida” no está orientada a quienes estudian en ieshivot (academias donde se aprenden los textos tradicionales judaicos, como el Talmud y el Shuljan Aruj entre otros) y que a partir de su primer documental “Mazaltov”, donde en unos cinco minutos se refería al tema de la sexualidad y que generó que mucha gente le planteara que hablara del tema de la sexualidad en el judaísmo porque no había mucha información disponible, “haciendo mi teshuvá, retorno al judaísmo, descubrí que a muchos rabinos no les gusta hablar abiertamente del tema de la intimidad. Entonces, juntando todo eso decidimos hacer una película sobre la sexualidad, que lamentablemente es un problema que nos está invadiendo a muchos matrimonios judíos y no judíos; hay una crisis de sexualidad ya demostrada hoy en día y esperamos que esto sea visto como una vía alternativa de cómo alcanzar la plenitud íntima en la relación, seas o no judío”.

Esta película, cuya duración es de casi 90 minutos, en la que se resumieron unas 90 horas de filmación, ha sido proyectada en diversos festivales de cine judío -Jerusalem, Miami, New York, Los Angeles, Ottawa y México- y premiada como Mejor Documental en el Festival Internacional de Houston.

Respecto a si este filme generará controversias, Adler manifestó “Han habido dos o tres rabinos muy haredim, ultraortodoxos, que simplemente dijeron ‘por qué están haciendo esto, por qué están abriendo este tema tan públicamente’, pero también tenemos cartas de apoyo de rabinos ultraortodoxos; y ha habido gente de la izquierda, que en general son antirreligiosos, que nos atacaron por otras razones; éstas son a veces las mejores publicidades, ya que atraen más público”.

En Buenos Aires participó en un debate después de la primera proyección para el público el rabino Daniel Oppenheimer, quien manifestó: “Agradezco que me permitan ser parte; vi la película en estos días para interiorizarme de qué se trataba y me encantó”.

En los dos siguientes lo hicieron el rabino Ezra Chueque y el director general de Jabad Lubavitch Argentina, rabino Tzví Grunblatt, respectivamente.

Respecto al tipo de explicaciones brindadas en la película, Adler manifestó que “son de jasidut, cabalísticas; hay muchos ortodoxos que no estudian jasidut, mística, y cuando se les expone eso, es la parte que más les agrada, pero es una película para todo público”.

Una vez que culmine la proyección en el Festival de Cine Judío, el director considera que “La llave perdida” se va a ofrecer para ser exhibida en instituciones debido a que en las salas cinematográficas competiría con filmes comerciales.

Sobre el hecho que la película es trilingüe manifestó: “Es algo que pensaría dos veces en una futura película, pero quisimos que el mensaje se percibiera como universal, y una forma sutil de hacerlo fue así”.

Adler también explicó que “La llave perdida” es la primera de una trilogía: “Hay dos documentales más que ya están en posproducción: uno es sobre la pureza familiar -en hebreo, ‘Tearat Hamishpajá’-y el tercero es el tema del recato. Consideramos que (con la sexualidad) son los pilares de una intimidad sana, según el judaísmo. Primeramente iba a ser una sola película, se hizo demasiado larga y entonces la dividimos en tres partes. En esas dos, el rabino Friedman sigue siendo el principal personaje, pero aparecen parejas y expertos nuevos”.

La Agencia Judía de Noticias (AJN) le preguntó a Vivian qué la llevó a actuar en la película: “No fue fácil: desde el momento en que se planteó la idea puse un poco de resistencia porque es abrir mi vida íntima al mundo. Además, recién había dado a luz del segundo de mis cuatro hijos y fue muy fuerte, pero al entender que hay un vacío en el mundo respecto a este tema, que se está llevando de una manera incorrecta porque ponen lo sexual como lo primero y la intimidad no existe, al entender cómo las parejas llevan este tema, no importando su edad, ni su religión, me abrí un poco más y entendí que toda la información que pueda brindar y la apertura que pueda tener respecto al tema era para ayudar”.

Manis Friedman “es un rabino ejemplar, con una perspectiva de vida muy bonita, con una familia obviamente grande, hermosa además, y se quiso abrir al mundo un tema tan escondido y de tanto tabú”, agregó.

AJN le preguntó al matrimonio Adler cómo veía la situación de la comunidad judía en Venezuela, y Vivian respondió: “La comunidad se ha reducido notablemente. Gracias a D’s nos han dejado vivir y tener nuestro judaísmo, e incluso siendo la comunidad más chiquita, ha crecido en Torá; por ahora estamos tranquilos como judíos y tenemos un Presidente que dice que tiene origen judío”.

Maduro “dice que su abuelo era judío, enterrado en un cementerio judío. En el Festival de Cine Judío de Caracas estuvimos también, en noviembre del año pasado, y allí me entrevistaron medios radicales chavistas, y hablé con ellos: fotos, televisión y radio. Aunque hay ciertos medios que a veces lanzan mensajes antisemitas y antiisraelíes, creo que todavía hay un respeto por el judaísmo”, añadió Ricardo.

La última función de “La llave perdida” será el miércoles 18, a las 19.50 hs., en el Cinemark Caballito (Av. La Plata 96).

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