Itongadol/AJN.- El Cardenal Jean Louis Tauran, mundialmente conocido por el último "Habemus Papam", acompañado por el secretario del Consejo del Diálogo Interreligioso del Vaticano, Miguel Ángel Ayuso, e invitados por el Congreso Judío Latinoamericano, rindieron hoy homenaje a las víctimas al atentado a la AMIA. El monseñor, el secretario Ayuso y el director ejecutivo del CJL, Claudio Epelman fueron recibidos en el edificio de la calle Pasteur por el presidente de la DAIA, Julio Schlosser.
“Es una bendición para mí, porque encontrar un pueblo unido en su profesión de fe demuestra que la religión no es factor de guerra, sino un factor de paz y de encuentro. El Papa nos empuja a desarrollar la cultura del encuentro, que es lo que hacen los argentinos”, expresó el cardenal Tauran en diálogo con la Agencia Judía de Noticias en el cual también remarcó la “gran tristeza" que siente al "ver que los hombres son incapaces de aprender de la lección de la historia, en referencia al terrible atentado que ocurrió en ese mismo edificio 21 años atrás.
La imagen del monseñor Jean Louis Tauran se hizo conocida a nivel mundial hace más de dos años, cuando se presentó en el balcón del edificio del Vaticano y anunció el famoso: “Habemus Papam”. Además de marcar un día histórico entre los argentinos, cristianos y no cristianos, el cardenal también es reconocido por su labor como presidente de la Comisión de Diálogo Interconfesional.
Este viernes, el cardenal – junto a su acompañante y el director ejecutivo del CJL Claudio Epelman- encendió una vela en la Plaza Seca del edificio de Pasteur, donde además mantuvo un cálido encuentro con el presidente de la DAIA, con quien pudo intercambiar diferentes aspectos del trabajo que realiza el Congreso Judío Latinoamericano y el brazo político de la comunidad judía argentina.
“Es una reafirmación de los vínculos que unen a los judíos y los católicos. No quiso dejar de venir a la Argentina, ni dejar de hacer una visita a la comunidad judía. Por eso, el motivo de su participación aquí hoy, como una forma de reafirmar las raíces comunes, la historia común y el futuro común que vemos hoy y que debemos construir conjuntamente judíos y católicos”, remarcó Claudio Epelman, director ejecutivo del CJL y uno de los principales responsables de la visita del monseñor francés a la Argentina.
“Con esta visita, el cardenal está rindiendo un homenaje, participando de un encentro interreligioso, eligiendo a la Argentina y queriendo hacer un tributo a Bergoglio. Para nosotros verlo a Bergoglio es tan particular y tan similar como para él también, porque está llevando a cabo todo el trabajo que realizó antes de ser Papa. Por eso para él también es conmovedor poder ver plasmada en la realidad las historias que escuchó del Papa Francisco cuando era Jorge Bergoglio”, agregó.
Consultado que significa para él el Bergoglio de aquel momento y el Papa actual, Epelman señaló que “lo que surge es la humanización de los vínculos. La cercanía y la proximidad entre judíos y cristianos esta materializada por los vínculos personales de cariño y afecto que superaron el respeto inicial por la diversidad, para construirse en vínculos positivos que tienen involucramiento personal donde puso todo lo que tiene de él (el Papa Francisco) para poder acercarse y construir una relación de fraternidad entre judíos y católicos”.
Por otra parte, el presidente de la DAIA, Julio Schlosser, quien acompañó a Epelman y a los emisarios del vaticano en el tradicional encendido de las velas en la Plaza Seca en conmemoración de las 85 víctimas del atentado, sostuvo que "la visita del cardenal es realmente un hecho que conmueve”.
“No nos olvidemos que el cardenal es el presidente de la Comisión de Diálogo Interconfesional y que venga en este poco tiempo a la Argentina (invitado por el Congreso Judío Latinoamericano) a visitar la DAIA y a charlar con nosotros también implica de un reconocimiento a la labor de la DAIA en materia de trabajar por el dialogo interconfesional”, distintguió el presidente de la entidad judía.
Por último, el cardenal Tauran saludó a la comunidad judía por el año nuevo y confesó que le llamó la atención que el deseo para el año nuevo sea un año dulce. “Es realmente muy significativo, porque la bondad y la dulzura son una sola cosa, son las pequeñas cosas que hacen a la vida grande y espero que este edificio (AMIA) sea una fuente de inspiración para las futuras generaciones. Nosotros no podemos ser felices los unos sin los otros”, concluyó.
Sobre el final, un momento importante del encuentro que dio lugar a una sonrisa generalizada fue cuando el monseñor Tauran comentó que el Vaticano, desde que Francisco es Papa, está gastando mucho en llamadas telefónicas: “Tiene la particularidad de usar mucho el teléfono para hacer llegar de forma personal sus saludos y bendiciones”.