El pasado día 11 esta sinagoga fue el escenario de un atentado terrorista cuando un camión cargado de gas explosionó junto a una de las paredes del edificio religioso, ocasionando la muerte de 16 personas, de las que once eran turistas alemanes.
La comunidad judía de Yerba, compuesta por unas doscientas personas, de los cerca de 3.000 judíos que residen en Túnez, no quiso suspender este año el peregrinaje y decidió celebrarlo según la costumbre tradicional, que incluye un desfile popular con la «Torah» de la sinagoga, considerada una de las más antiguas del mundo.
Según la leyenda, la sinagoga fue construida hace 2.500 años cuando una muchacha llegó a Yerba, la isla de los lotófagos mencionada en el Ulises de Homero, portando una piedra del templo de Salomón destruido por Nabucodonosor.
La piedra se conserva en la sinagoga, un pequeño edificio blanqueado con cal situado en la periferia de la localidad de Um Souk, la capital de Yerba.
«El peregrinaje es nuestro desafío al terrorismo y una llamada a la histórica y pacífica convivencia entre judíos y musulmanes tunecinos», manifestó el rabino Pérez Trabelsi, que encabeza la pequeña comunidad hebrea de Yerba.
Por su parte, el presidente del Consistorio judío de Túnez, Gabriel Kabla, presente en el peregrinaje, señaló que pese a la crisis en Oriente Medio, los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos y la amenaza mundial del terrorismo, hay que dar pruebas de tolerancia «entre ciudadanos que conviven fraternalmente en Túnez».
Los accesos a la sinagoga están vigilados por más agentes de policía que en años anteriores, según pudieron comprobar los visitantes. EFE sh/mo/ah/jal
anterior