Itongadol/AJN.- Por Eduardo Chernkizky. Lo ocurrido con el artista judeoestadounidense Matisyahu (Matthew Paul Miller, nacido en West Chester, Pensilvania, Estados Unidos, el 30 de junio de 1979) es un hecho que pone en evidencia el momento crucial que está viviendo el pueblo judío al promediar la segunda década del siglo XXI.
Que los promotores del BDS Valencia (Boicot, Desinversiones y Sanciones de Valencia) lograran que los organizadores anularan la presentación del artista en el festival Rototom de Castelló fue consecuencia de las presiones recibidas por quienes aducían que el cantante es un “sionista estadounidense que ha reconocido públicamente ser amante de Israel y ha participado en festivales prosionistas”.
Esto queda confirmado por el hecho de que luego de las reacciones que motivaron la anulación, tanto oficiales como populares, los responsables del festival Rototom de Castelló lo volvieran a invitar a participar del mismo.
Matisyahu es un artista que comenzó, luego de un viaje a Israel, a incursionar en la música reggae, de origen jamaiquino influenciada por la religión o movimiento espiritual Rastafari. Años después conoció al Rebe de Lubavitch y se transformó en un jasid de Jabad Lubavitch, que de acuerdo a informaciones que se hallan en la web, vive en Crown Heights, un barrio en la parte central de Brooklyn, Nueva York, y divide su tiempo entre el escenario y la Yeshivá (institución para el estudio de la Torá).
La religión o movimiento espiritual Rastafari surge a mediados de los años veinte del siglo pasado en Jamaica, y plantea que los hombres de color, descendientes de los esclavos del hombre blanco, deben regresar a Zión, la tierra prometida. Esto considera un concepto que lo identifica con África en general o Etiopía en particular, donde Haile Selassie I, emperador de este último, era el único monarca de un país independiente en África que se tituló “Rey de Reyes”, “Señor de Señores” y “León Conquistador de la Tribu de Judá”, y que el rastafarianismo consideraba la tercera reencarnación de Jah (el D’s de Israel) siguiendo los pasos de los dos anteriores: Malquisedec y Jesús. Según los historiadores de esta religión o movimiento espiritual, el Rastafari surgió y logró una importante adhesión en Jamaica debido a que una respuesta a la explotación de los pueblos, algo que les ocurrió a los jamaiquinos, es el surgimiento de ideas religiosas mesiánicas.
A su vez, la música reggae es un estilo musical originado en Jamaica en la pasada década del ’60 que en su desarrollo genera un subestilo espiritual denominado “Roots reggae”, cuyas letras se dedican predominantemente a enaltecer a Jah (D’s) y que entre los temas más recurrentes se encuentran la pobreza y la resistencia al gobierno y a la opresión racial. Este se relaciona en forma directa con el rastafarianismo, por lo que en sus letras muchas veces se menciona a Zión como la tierra prometida en la cual se vivirá en libertad.
Volviendo a Matisyahu debemos decir que como todo jasid de Jabad Lubavitch respeta las disposiciones halájicas (legales) del judaísmo que tienen a Sión y Eretz Israel (la tierra de Israel) como centro espiritual que se concretará con la llegada del Mesías, es decir que su sionismo no tiene nada que ver con el movimiento ideológico político fundado por Teodoro Herzl que tenía como ideal el establecimiento de un Estado Judío a fin de que los judíos tuvieran una patria en la que no fueran perseguidos y segregados, como lo eran los judíos ashkenasím a fines del siglo XIX en Europa. Influenciado por el caso Dreyfus, Herzl escribe el Estado Judío, que publica en 1896 y convoca al primer Congreso Sionista, que se realiza en Basilea del 27 al 31 de agosto de 1897, donde se funda el Movimiento Sionista.
Teóricamente el BDS es un movimiento que se enfrenta al estado sionista, es decir al Estado de Israel y su accionar, y no a los judíos. Nada indica que Matisyahu sea un defensor del Estado de Israel y su gobierno, y sólo se le conocen declaraciones en las que considera a Hamas un grupo terrorista. Pero como es un amante de Sión, como todo judío observante de la Halajá, y un intérprete de música reggae, que de acuerdo a lo que explicamos tiene menciona a Zión en alguna de sus letras, el BDS Valencia no dudo en considerarlo “sionista” y por lo tanto descalificarlo para actual en el festival Rototom de Castelló. De esta manera cometieron un acto que, como mínimo, puede considerarse que “vulnera además el derecho a la libertad de culto”, como afirma Javier Bláquiez en una nota de opinión publicada en el diario El Mundo, de España. Pero que también puede considerarse un acto antisemita.
Los responsables del festival Rototom de Castelló aceptaron las presiones del BDS de Valencia sin ver, o quizás peor, sin querer ver, que lo que las mismas sostenían eran el árbol que no deja ver el bosque: la intención política de deslegitimizar al Estado de Israel, creado como resultado de una decisión de las Naciones Unidas, censurando y objetando la actividad de cada judío.