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Opinión. Jugando al ajedrez estilo Medio Oriente

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 Itongadol.- Luego de que surgieran las noticias de que Israel lanzó un ataque con helicópteros al borde de la zona desmilitarizada de la provincia de Quneitra, en Siria, contra una caravana militar – que provocó la muerte de dos importantes comandantes de campo pertenecientes a Hezbollah y de al menos cinco oficiales pertenecientes al ejército Irán -, podríamos preguntarnos cuáles fueron los sucesos que provocaron este último movimiento en la compleja lucha por la supervivencia que enfrenta Israel con los vecinos árabes que tratan de aniquilarla.

Podríamos indicar que se trataría, como fue señalado por una fuente de inteligencia anónima sin ningún tipo de confirmación, de una anticipación preventiva a un ataque que Hezbollah iba a lanzar contra territorio de Israel, con misiles y tratando de infiltrar terroristas para realizar mortales ataques suicidas, en un repetido juego de acción y reacción básico pero mortal.

Y todo esto basado en la presencia y participación de fuerzas foráneas en medio de la cruenta guerra civil Siria. La realidad es que podemos pensar que este nuevo movimiento se engloba en una guerra más compleja y amplia que la que se ve en el terreno táctico, y todo esto sin desestimar lo antes dicho sobre la actividad militar territorial en Siria y sus consecuencias, lo que requeriría un extenso artículo de análisis por sí mismo.

Por esto, volviendo a este último ataque, el mismo se podría entender y englobar dentro de otro tipo de guerra, y esta es la de los servicios de inteligencia y contra-espionaje. Para poder avanzar en este sentido, no debemos olvidarnos que, no hace más de una semana, Hezbollah anunciaba la detención por haber pasado información sensible a Israel de Mohammed Shawraba, de 42 años, proveniente del Sur del Líbano.

Shawraba, entre otras funciones dentro del aparato de Hezbollah, era el encargado personal de la seguridad del secretario general Hassan Nasrallah, y era el director general de la secreta Unidad de Operaciones Internacionales o UNIDAD 910, o sea era el jefe del equivalente al Mossad o CIA de Hezbollah. Además, estaba encargado de realizar todas las operaciones de inteligencia sobre blancos judíos e israelíes a lo largo del mundo, y administraba a todos los espías de Hezbollah nombres, direcciones y contactos a lo largo del mundo.

Si bien la captura de este doble espía fue un golpe duro para el aparato de espionaje israelí, también demuestra la capacidad del Mossad de llegar a lugares impensables y del daño que le ocasionó a esa organización terrorista, la cual se pensaba impenetrable.

A continuación de esta captura y enjuiciamiento, que también es un triunfo para la contra-inteligencia del grupo chiita, como una especie de contragolpe, Hassan Nasrallah anunciaba en una entrevista exclusiva al periódico libanés “Al-Monitor” que "el juego se había terminado", y se jactaba de que Hezbollah podía ocupar la totalidad del norte de Israel en una guerra y además, por primera vez, confirmaba que en sus arsenales tenía el misil iraní Fateh-110, con capacidad de impacto a 200 kilómetros de distancia.

Es por eso que podríamos pensar que este ataque israelí en suelo Sirio es un mensaje a Hezbollah, que quiere dejar claro que el juego todavía sigue, que la organización tiene mucho para perder y que los servicios de Israel todavía están operando y activos.

Es así que estamos asistiendo a un juego de ajedrez continuo y peligroso que puede derivar en una guerra abierta, pero que se desarrolla también en otros frentes más sutiles y etéreos.

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