Itongadol/AJN.- Durante la entrega de los Premios DAIA, Julio Schlosser agradeció a “la Comisión Directiva y al personal de la DAIA” que lo acompañaron desde que fue asaltado en el barrio porteño de Flores, donde su esposa Susana recibió un impacto de bala y fue intervenida quirúrgicamente.
El presidente de la DAIA, Julio Schlosser, reasumió hoy su cargo durante el acto de entrega de los Premios DAIA – Banco Galicia, tras haber padecido una afección cardiaca hace tres semanas
Durante el acto llevado a cabo en la sala de sesiones de la DAIA, Schlosser manifestó su satisfacción por “poder volver a trabajar”, cuando llegó a pensar que “no se daría la situación para volver a estar en el ruedo”.
El titular de la institución agradeció a “la Comisión Directiva y al personal de la DAIA” que lo acompañaron desde que fue asaltado en el barrio porteño de Flores a principios de este mes, donde su esposa Susana recibió un impacto de bala y fue intervenida quirúrgicamente.
“Quiero agradecerles y decirles, en lo profundo de mi corazón, me ayudaron mucho, porque con la ayuda de los médicos, de D’s y de ellos hoy estamos acá, hoy puedo mirarla a mi esposa con una sonrisa después de haber vivido los momentos que pasamos”, expresó.
Por su parte, Jorge Knoblovits afirmó a la Agencia Judía de Noticias (AJN) que el periodo de licencia del presidente de la DAIA fue “una experiencia inédita”, porque los periodos de ausencia de Schlosser eran por algunos breves viajes.
“Cuando decidimos algo en esas tres semanas, aunque Julio (Schlosser) estuviese ausente, porque no contestaba pues estaba en reposo y teníamos esa indicación, sabíamos cómo pensaba, su mesura y cuál era su inclinación en algunos temas, y en qué temas teníamos que salir con mayor vehemencia y en cuáles no. Julio estaba ausente por licencia legalmente, pero Julio estaba en nuestra presencia y decisión política porque todo el Consejo Directivo sabe cómo piensa cada uno de nosotros”, agregó.
“Fue una experiencia muy importante de gobernabilidad, porque la DAIA tiene que ser una institución mesurada y con capacidad de ser gobernada colegiadamente y no unilateralmente. Julio tiene esa gran ventaja, que nos da a todos la oportunidad de gobernarla de manera colegiada.”
Por último, el vicepresidente 1º de la DAIA, Waldo Wolff, quien asumió la presidencia de la entidad durante el período de licencia de Schlosser, resaltó a AJN: “Se ha mantenido el mismo nivel de funcionamiento. Esto es un equipo de trabajo donde cada uno ocupa un lugar, y nosotros no ocupamos el lugar de Julio, le cuidamos el lugar de él, que es el presidente. Pero la DAIA tiene un funcionamiento intrínseco establecido y cuando falta alguno de sus integrantes sigue funcionando igual”.
“Lógicamente faltaba el líder, pero me parece que habla bien de él y de la DAIA que siga con su funcionamiento normal cuando alguien no está, porque es tarea de un líder aceitar los mecanismos para que funcionen en su ausencia”, agregó.
“Tenemos un protocolo, somos un cuarteto que toma las decisiones y necesitan la mayoría para llevarse adelante. Muy rara vez Julio como presidente tuvo que hacer valer su lugar de presidente porque somos gente razonable que tenemos un mismo objetivo y un mismo horizonte. Trabajando de manera mancomunada, intercambiando información, fuimos llevando esto adelante y sabemos lo que él quería y respetando cada uno las funciones que tiene”, concluyó Wolff.