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Itongadol/AJN.- El director general de la institución, Gabriel Milevsky, afirmó a la Agencia Judía de Noticias (AJN) que por las sinagogas de Hebraica pasaron 8119 personas en Yom Kipur. Por otro lado, se refirió a la reelección de la presidenta Dilma Rousseff: “Fue el triunfo de la realidad sobre la esperanza”.
El director general de Hebraica de San Pablo, Gabriel Milevsky, afirmó en diálogo con Agencia Judía de Noticias (AJN) que su institución “se constituyó en la mayor sinagoga de la ciudad, circulando en Yom Kipur 8119 personas”.
“Este año tuvimos la participación especial del jazan argentino Oscar Fleisher, en la sinagoga del teatro Arthur Rubinstein; el jazan Gerson Herskowicz, que nos acompaña más de 30 años siendo un ícono de la liturgia local; y David Kullock. Además, se sumó una vez más el renombrado rabino Henry Sobel, que brilló con sus prédicas”, detalló Milevsky.
En referencia a las autoridades locales de Brasil, puntualizó que se hicieron presentes en especial dirigentes políticos de San Pablo, y entre ellos se destacó la ex candidata a la presidencia del país Marina Silva.
En relación a las festividades que sucedieron a las Altas Fiestas, Milevsky contó que “en Sucot florecieron las suca en diferentes espacios de la institución construidas por chicos, jóvenes y adultos, y en Simjat torah, una vez más, las Hakafot fueron la gran atracción de los chicos que participaron en la sinagoga”.
Por otro lado, consultado sobre si la comunidad judía paulista celebró "Shabat Project”, el proyecto convocado por el Gran Rabino de Sudáfrica que fomentó el Shabat globalizado en 350 ciudades en 35 países, el director general de la institución afirmó que San Pablo “abrazó este proyecto con foco en las sinagogas. Hebraica coronó la noche del sábado con una Harkadá por la paz que reunió más de 400 participantes”.
Por último, AJN preguntó por la opinión de la comunidad luego de las elecciones en Brasil, que dieron como ganadora a Dilma Rousseff, a lo que Milevsky contestó: “Probablemente fue el triunfo de la realidad sobre la esperanza. Aquí gobierna en general un clima de preocupación frente a los mayores desafíos: controlar la corrupción y no dejar impune a los culpables, impulsar la reforma tributaria prometida, como la expectativa de un amplio debate multisectorial para la reforma política y, especialmente, una corrección de rumbo en materia de política exterior con foco en Medio Oriente-Israel y vecinos, preservando la paz pero con una actitud más denunciante contra las fuerzas del radicalismo islámico”.
“La celebración por el triunfo de Rousseff fue teñida de amargura, pero expectante y optimista por la rectificación de rumbos que muchos creen que va a ocurrir”, concluyó.