Inicio NOTICIAS Hebraica. Dinitz: “Esta edición de ‘Israel canta y baila’ tiene un significado especial: combatir el antisemitismo”

Hebraica. Dinitz: “Esta edición de ‘Israel canta y baila’ tiene un significado especial: combatir el antisemitismo”

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 Itongadol.- “Queremos dar el mensaje de que el pueblo judío construye con nuestras costumbres”, explicó su presidente a la Agencia Judía de Noticias sobre el festival del próximo lunes. Por otra parte, advirtió que “llegó el momento de un cambio serio en la comunidad si quiere sobrevivir y desarrollarse”, y para que asesoren convocaron a prestigiosos intelectuales de la Kehilá.

El próximo lunes, a las 20 hs., se desarrollará en el teatro de la Sociedad Hebraica Argentina la segunda edición del Festival de danza y música judía “Israel canta y baila”, que esta vez se centrará en las “Ocho puertas de Jerusalem”, que estarán representadas en coreografías de las más importantes leakot (conjuntos de rikudim) del país, con más de 200 bailarines.

El evento es realizado en conjunto con la Organización Sionista Argentina y para promocionarlo, el presidente de la entidad anfitriona, Diego Dinitz (foto), conversó con la Agencia Judía de Noticias (AJN).

En ese marco planteó al festival como una forma de “combatir la ola de antisemitismo producto de la agresión terrorista de Hamas en la Franja de Gaza” y de “dar el mensaje de que el pueblo judío construye” con sus costumbres.

Pero a poco de iniciada la entrevista, el dirigente anunció la concreción del primer encuentro de “Hebraica 2020” con algunos intelectuales de la comunidad, y el contenido de la misma giró hacia otra dirección, polémica e imperdible.

DD- Cuando a nivel de comunidad y de dirigente de una institución te planteás qué cosas podemos hacer con respecto a combatir la ola de antisemitismo producto de la agresión terrorista de Hamas en la Franja de Gaza, que en nuestra opinión tuvo como víctimas al pueblo israelí y también al palestino, y en algunos ámbitos -vía mail y redes sociales- parece que lo que sabemos hacer los judíos es agredir y matar, y no es así, esta edición de “Israel canta y baila” tiene un significado muy especial. Este festival de música, baile y canto con ese título fue decidido cuando estábamos en medio de los misiles y hasta sonaba como una provocación… Desde Hebraica, que siempre fue una casa de cultura, intelectualidad e inteligencia, queríamos dar un mensaje a la sociedad en general y a la comunidad judeoargentina de que -como dijo el papa Francisco- es fácil destruir y difícil construir, y el pueblo judío construye con nuestras costumbres, cantos, bailes y comida, sin bombas y con cara alegre, con toda la energía.

P- ¿Plantear una actividad cultural viene a romper el silencio de la comunidad judía frente a la seria posición política que se vivió?

DD- Estoy en Hebraica de chiquito y siempre “compré” el hecho que sea un líder comunitario en cuanto a rasgos sociales y culturales de libertad y mística. Esperamos este tiempo porque queríamos ver cómo se resolvía la muy grave cuestión de Gaza, que enluta a toda la humanidad porque no es solo un problema israelí: en el mundo está planteándose la lucha de culturas; esto quizá deviene de la caída de las ideologías, y hoy hay enfrentamiento de fundamentalismos. Pero en nuestro mundo más chiquito esperamos construir. Vemos que tanta agresión y olas de antisemitismo “apichonan” al judío común, que se siente culpable, y a mucha gente judía le parece “cool” o moderno criticar al Estado de Israel. Y la verdad es que con la existencia del Estado de Israel se juega la nuestra, así que no estoy de acuerdo con aquellos judíos que expresan críticas contra la comunidad o el Estado de Israel. Esto lo podemos hablar, pero adentro; criticar hacia afuera no es la forma.
Tomamos la iniciativa de mostrar que hay que dejar de “apichonarse”. La comunidad judeoargentina tiene mucho para demostrar y construir, y no nos vayamos para atrás por defender a un Estado que según ellos es asesino y agresor. La mejor forma que elegimos para defendernos desde nuestra institución es mostrando nuestras condiciones: el canto, baile y la cultura. Voy a adelantar algo que nadie sabe: días atrás tuvimos un primer encuentro “Hebraica 2020”, muy importante, con algunos intelectuales de la comunidad. Ésa es otra de las iniciativas. ¿Qué hicimos? Pensamos: en la Segunda Guerra Mundial se acuñó la frase “tenemos los jueces”, nosotros no los tenemos, pero sí las ideas. Quizás en los últimos años se perdió un poquito, pero Hebraica es un lugar de intelectualidad. La ola de antisemitismo fue un disparador y entonces fuimos a los maestros porque llegó la hora de plantear desde qué lugar tenemos que ubicarnos respecto de nuestra comunidad, el gobierno argentino y el Estado de Israel. Lo que nos unía como Diáspora era el yihadismo y el Estado de Israel, pero hoy el Estado de Israel es una realidad y ha cambiado su relación con la Diáspora. Inclusive, la AMIA y la DAIA fueron construidas desde un lugar de nuestros antepasados como inmigrantes extranjeros. Hoy somos la tercera o cuarta generación de judíos argentinos y quizá nuestra visión y la estructura comunitaria quizás tienen que ser distintas. Como no lo sabemos, llamamos a los intelectuales. A este primer encuentro no pudieron venir Marcos Aguinis y Santiago Kovadloff, pero el rabino (Abraham) Skorka, Martha Wolff, Marcelo Birmajer y algunos más estuvieron en ese acto cerrado, en la Biblioteca. Vamos a establecer un segundo encuentro después de las fiestas. Si los intelectuales de nuestra comunidad no pueden establecer estas pautas, entonces sí estamos con problemas…

P- ¿Cómo estás observando a tus asociados después del conflicto en Gaza?

DD- Antes del conflicto notábamos indiferencia en la gente. Quizás son muchos los factores (que la motiven) y en la medida que no hagamos una autocritica de lo que nos pasó, va a ser difícil que vuelvan a creer en las instituciones y sus dirigentes. Hay dos conceptos: la legalidad y la legitimidad. El 100 por ciento de los dirigentes tiene la legalidad, pero no la legitimidad para estar al frente de la comunidad. Es un tema que me preocupa, ¡hace cuánto no hay escuelas de líderes y escuelas de formación, pero no hay renovación dirigencial! En Hebraica lo que hicimos fue acercarnos a esos matrimonios jóvenes con chicos y dirigimos a ellos toda nuestra actividad. Dentro de Hebraica están recuperando un espacio que no tenían.

P- ¿Las instituciones sociodeportivas están teniendo su propia vida política independiente, alejada de las instituciones centrales?

DD- De alguna manera sí. Una vez por mes tenemos una reunión con los presidentes de CISSAB, Macabi y Hacoaj, donde intercambiamos ideas, y este tema nos atraviesa a todos. Desde las instituciones centrales y movimientos políticos nos vienen a pedir apoyo para determinados cambios y demás, pero son todas posiciones electorales, nada más. No hay cambios profundos. Preguntamos: ¿Cuál es el proyecto? ¿Qué piensan hacer? Hay que cambiar el modelo. Llegó el momento de un cambio serio en la comunidad si quiere sobrevivir y desarrollarse. Es tanta la cantidad de cosas de las que uno se ocupa en la semana que por eso tuvimos que llamar a los intelectuales para que nos den el contenido, el rumbo. Lo que tenemos y ellos no es la posibilidad de ejecutarlo. Entonces, si sumamos ambas cosas, estamos promoviendo un cambio importante.

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