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Itongadol/AJN.- Puede no existir un gen judío, pero las comunidades pueden tener características definitorias, y una como ésta es la comunidad judía con raíces en el centro y este de Europa. Un modelo basado en la secuencia genética de 128 judíos askenazi concluyó que éstos descienden de una fusión de judíos europeos y de Medio Oriente durante la Era Medieval, entre, aproximadamente, 600 a 800 años atrás.
Las matemáticas también indican que la comunidad de judíos askenazi de hoy en día – de los que ha aproximadamente 10 millones en todo el mundo – derivan solo de 350 personas. Eso postuló previamente un callejón sin salida – una reducción drástica del tamaño de su población – que ocurrió entre 25 a 32 generaciones atrás, indicaron los científicos.
El estudio fue publicado esta semana en la revista Nature Communications y fue escrito por un equipo encabezado por Shai Carmi, de la Universidad de Columbia.
Un número de características genéticas son asociadas con los grupos askenazi, a diferencia de otras poblaciones judías y otros pueblos contemporáneos de Medio Oriente y Europa. Ciertamente son distinguibles. “En comparación con las muestras europeas, nuestro panel de judíos askenazi tenía un 47% más variantes por genoma”, destacaron los científicos.
Desafortunadamente, los askenazim también son asociados con no menos de 19 desórdenes genéticos, según el Centro de Genética Judía. Muchos son fatales y surgen de mutaciones de un solo gen. La lista incluye formas de cáncer de mama y ovario, enfermedad Tay-Sachs y la enfermedad llamada orina de jarabe de arce, en la que el pis de los niños afectados huele dulce.
El estudio concluyó que la población ancestral europea experimentó un cuello de botella cuando se divergió de sus ancestros de Medio Oriente hace 20.400 – 22.100 años, en la era del Último Glaciar Máximo.