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Itongadol.- A pesar de que la inmigración organizada de Israel a Etiopía se cerró el verano pasado, un gran grupo de personas ha estado haciendo su camino hacia el Estado Judío desde entonces.
Según cifras obtenidas por el medio israelí Haaretz, casi 160 etíopes han inmigrado desde la conclusión oficial de la "Operación Alas de Paloma" en agosto, casi la mitad de ellos el mes pasado.
Este operativo llevó a casi 6.500 miembros de la comunidad Falashmura a Israel en 10 meses. Éstos son descendientes de judíos que fueron presionados a convertirse al cristianismo en los siglos XIX y XX. Bajo la decisión de un gabinete especial se les dio permiso de establecerse en Israel con la condición de que atraviesen una conversión ortodoxa total cuando llegasen y que prueben que son descendientes de judíos del lado de su madre.
La gran mayoría de los etíopes que llegó a Israel desde el verano fueron elegibles para la inmigración bajo la Ley de Retorno. En otras palabras, pudieron probar que tenían al menos un abuelo judío. Las pocas excepciones incluyen a unos pocos de Falashmura cuya inmigración había sido aprobada como parte del operativo pero que no pudieron volar debido a circunstancias extenuantes como enfermedad o embarazos.
Los 6.500 Falashmura que llegaron con la Operación Alas de Paloma fueron aprobados en una lista de 10.000 solicitantes cuyos casos fueron examinados por el gobierno. Incluso antes de que terminara la operación, se creó un comité especial del gobierno para examinar apelaciones de miembros de esta comunidad que fueron dejados atrás. En muchos casos eran individuos que tenían a miembros cercanos viviendo en Israel.
El panel de apelaciones, designado por el ministro del Interior Gideon Sa’ar, está encabezado por Moshe Vigdor, ex director general de la Agencia Judía. Sabine Hadad, vocera del Ministerio del Interior, dijo que desde el comienzo del año se han entregado aproximadamente 4.000 apelaciones al comité. La fecha límite es el 31 de marzo.