Investigadores israelíes afirmaron que están desarrollando una sustancia que inhibe el proceso de envejecimiento y podría prevenir las enfermedades degenerativas, sin afectar la vida útil.
De acuerdo con los investigadores de la Universidad Hebrea, que han probado el nuevo material en gusanos, esta es la primera sustancia que muestra un potencial para tratar o prevenir enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson y la enfermedad de Huntington.
Los resultados del estudio, financiado por los británicos Rosetrees Trust, y publicado recientemente en la revista Aging Cell, refuerzan la afirmación de que la hormona del crecimiento IGF-1, es un camino conocido como controlador central del proceso de envejecimiento en los gusanos y los mamíferos, lo que potencialmente puede ser utilizado como un tratamiento para las enfermedades degenerativas del cerebro, aseguraron los investigadores, dirigidos por el Dr. Ehud Cohen, de la Facultad de Medicina de la Universidad Hebrea.
Los nuevos resultados son la primera evidencia de que una sustancia farmacológica puede proteger contra la toxicidad de las proteínas asociadas a enfermedades neurodegenerativas, a través de la inhibición selectiva del proceso de envejecimiento, explicaron. Los investigadores registraron una patente por su descubrimiento.
Mientras que las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson causan diferentes tipos de daño en el sistema nervioso, todas comparten dos características comunes: se desarrollan como resultado de la acumulación de proteínas que han perdido su estructura normal y cuyo proceso de plegado se ha dañado, y tienden a desarrollarse a una edad avanzada, lo que sugiere que el proceso de envejecimiento suprime la actividad de los mecanismos de defensa que impiden la acumulación de estas proteínas tóxicas a edades más tempranas.
La mayoría de las enfermedades cerebrales degenerativas que aparecen al azar se diagnostican durante la séptima década de la vida, mientras que incluso los pacientes con mutaciones familiares que los predisponen a estas enfermedades no presentan síntomas antes de su quinta década. Así, una de las preguntas centrales en el estudio de las enfermedades es la que no se presentan a edades más tempranas.
Cohen señaló que la capacidad de extender la vida útil de los organismos simples como los gusanos y ratones mediante la inhibición de factores de envejecimiento se conoce desde la década de 1990. "Lo que hemos examinado en este estudio no tocó directamente en la ampliación de la esperanza de vida. Tratamos de probar si la desaceleración del proceso de envejecimiento puede proteger contra las proteínas tóxicas que causan enfermedades neurodegenerativas humanas".