Sin embargo, el Gobierno estadounidense «decidió secretamente esta semana aceptar un crecimiento natural» de las colonias, que va más allá y que cita a un responsable israelí según el cual Estados Unidos ya acepta desde hace meses y de forma tácita las nuevas construcciones.
De cualquier forma, esta nueva política quedó patente en la respuesta dada por Washington el martes a la invitación de Israel a los concursantes en la construcción de unos mil nuevas viviendas en los asentamientos de Cisjordania. Un portavoz de la Casa Blanca indicó el martes que estos concursos se estaban estudiando y que no era posible especificar si las nuevas construcciones violan los compromisos de la Hoja de Ruta.
Este cambio de posición, en el que Washington ,en caso de producirse, supondrá tender la mano a Sharon o al menos no provocarle más tensiones en un momento en el que el primer ministro acaba de sufrir un varapalo en las filas de su propio partido, el Likud (derecha nacionalista), que se opuso a la entrada de los laboristas en el Gobierno.
Esta integración de los laboristas se perfila como uno de los pasos previos al éxito del plan unilateral de retirada de la franja de Gaza. Mientras, otro de los puntos controvertidos del proyecto político de Sharon, la construcción del muro de Cisjordania, se enfrenta a las advertencias del Fiscal General, Menachem Mazuz, que pidió una revisión del trazado para, entre otras cosas, según indica el diario ‘Haaretz’, evitar sanciones internacional de la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Fte E.Press