(AFP) – El primer ministro israelí, Ariel Sharon, se entrevistó con el emisario estadounidense, mientras la continuación de la colonización judía en Cisjordania suscitaba fuertes críticas de Washington.
En el terreno, el jueves de madrugada, el ejército israelí se retiró completamente de Beit Hanun, en el norte de la franja de Gaza, que ocupó el 29 de junio después de que una serie de cohetes Qassam fueran disparados contra territorio israelí causando dos muertos.
Esta ocupación no impidió que prosiguieran los disparos. Siete cohetes cayeron el jueves sin causar daños sobre varios campos en el sur de Israel, indicó una fuente militar.
Las Brigadas Ezzedin al-Qassam, brazo armado del movimiento radical Hamas, reivindicaron en un comunicado esos tiros y se jactaron de haber «liberado Beit Hanun» gracias a ellos.
Durante la ocupación de esa localidad, una veintena de palestinos murieron al ser alcanzados por disparos de soldados israelíes.
Por otra parte, las autoridades israelíes comunicaron a Egipto su decisión de reabrir el viernes el terminal de Rafá, cerrado desde hace más de quince días.
El emisario estadounidense, Elliott Abrams, un alto funcionario de la Casa Blanca, se reunió por la mañana con el primer ministro palestino, Ahmad Qureia, con Sharon y el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Sylvan Shalom.
Según fuentes diplomáticas estadounidenses, Abrams transmitió el descontento de Washington por la construcción de nuevas viviendas en las colonias de Cisjordania.
Abrams también se disponía a conversar sobre el centenar de colonias ilegales de Cisjordania, que siguen estando allí a pesar de que el Gobierno se había comprometido a desmantelarlas.
También tenía previsto abordar el anuncio efectuado esta semana sobre la construcción de 600 viviendas en Maalé Adumim, la mayor colonia de Cisjordania (28.000 habitantes).