«Ellos son jóvenes dispuestos a inmolarse con el propósito de cambiar el statu quo, y lo harían colgándose una bomba en su cuerpo o por otros medios», confesó Mazawi.
Cada uno tiene un suicida en su familia, cada uno tiene la rabia, el enojo, la desesperanza que la fotógrafa buscaba. «Quería encontrar la carga emocional en sus rostros, quería que miraran directo a la cámara y dijeran `no tenemos miedo´. Al mismo, los retraté con un fondo blanco y les pedí que se bañaran antes de la sesión de fotos. Los purifiqué», contó Nisreen.
Mazawi no revela los nombres de los fotografiados para preservar su libertad. Comentó que puso un aviso hace dos años en las calles y retrató a más de 30 hombres. Fue a demostraciones, los conoció. Y todos sabían que ella iba a publicar sus fotos.
Nisreen proviene de una familia cristiana de Nazareth y todos le dicen que no parece árabe. Ella aclaró: «tengo mi identidad dividida. Estoy despedazada entre la identidad israelí y la palestina, a pesar de que soy completamente israelí».
Traducción: Leila Mesyngier
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