En Tel Aviv, más precisamente en el sur de esa ciudad, vecinos volvieron a manifestar contra la alta presencia de infiltrados y refugiados. Cerca de 150 personas marcharon en la tarde del domingo en el barrio Ha-Tikva, ubicado al sur de Tel Aviv, hacia las oficinas de Gobierno. En las marcha, los vecinos llevaban ataúdes con los nombres de Kyriat Ha Shalom, Shjunat Ha-Tikva, Shjunat Shapira, Shanan Neve y otros barrios. Una vez llegados a las oficinas, vecinos dieron discursos y simularon un funeral por los barrios ubicados en el sur de Tel Aviv. Al grito de “Sudanés a Sudán”, “Netanyahu nos destruyó la casa, barrio y el país” y “Los infiltrados destruyeron el sur de Tel Aviv”, los vecinos expresaron su indignación frente a un problema que no aún no se ha resuelto.
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“El Estado no está abandonando, pero nosotros los vamos a sacar-por los infiltrados- a ellos de acá”exclamó Guy Zalmonovich, residente del sur de Tel Aviv. “No me importa si son infiltrados o no. ¿Quién se anima a hablar con la joven de 15 años que fue violada en el día de la Independencia?, seguro que nadie del gobierno israelí”, añadió.
Otra residente, May Golan, quien vive en la zona de la Estación Central de Buses de Tel Aviv, dijo: “Nos están enterrando vivos y a nadie le importa. La gente nos llama racistas, pero si soy racista por cuidar mi vida, entonces estoy orgullosa de serlo. Bibi y Lieberman quieren unir fuerzas para callarnos, pero no lo haremos hasta el último aliento”.
Según los representantes de los barrios, nada cambió desde la primera manifestación que se realizó con motivo de este conflicto. Los manifestantes llamaron a todos los partidos políticos a que pongan en sus plataformas la cuestión de los infiltrados urgentemente. “No hay dudas que se trata de una bomba de tiempo”, dijo Shlomo Maslawi, presidente de los barrios del sur de Tel Aviv y miembro del Likud. “Actualmente entran menos infiltrados ya que Israel cerró la valla fronteriza. Con esto el gobierno piensa que terminaron el trabajo, pero la situación es que aún tenemos entre 60 y 70 mil infiltrados en el país”, agregó.
Los manifestantes se ofrecieron a transferir a los africanos a Caesarea y sus alrededores, zona donde vive el primer ministro. “Según el informe de la Comisión de Control del Estado que se celebró unas semanas atrás, el porcentaje de delincuencia en los barrios del sur de Tel Aviv creció un 400 por ciento y no estamos dispuestos a seguir en silencio”, concluyó Maslawi. “Lo que más nos asusta es que esto se convierta en lo normal. Pedimos el cambio antes de que la situación de los vecinos sea aun peor”, dijo.