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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, convocó a los asistentes a la Convención Nacional Democrática y envió una vez más un mensaje tranquilizador a Israel, pero principalmente a los votantes judíos.
Obama tomo el podio esta mañana para dar lo que muchos calificaron como “el discurso de su carrera”. Dentro de los participantes se encontraban Scarlett Johansson, Eva Longoria, la hija del presidente John F. Kennedy, Carolina Kennedy, el senador John Ferry y el vicepresidente Joe Biden.
Mientras que su discurso enfatizó en las políticas internas de Estados Unidos y la necesidad de manejar los problemas sociales y económicos dentro del país, Obama habló sobre asuntos de política y seguridad internacional y, por su puesto, mencionó a Israel.
“Deben parar los complots terroristas. La crisis europea debe ser contenida. Nuestro compromiso a la seguridad de Israel no debe vacilar y tampoco nuestro búsqueda de paz”, dijo el presidente americano.
Luego discutió sobre el asunto iraní y los cambios del mundo árabe: “El gobierno iraní debe encarar a un mundo que se mantenga unido contra sus ambiciones nucleares. Los cambios históricos de Medio Oriente deben ser definidos no solo por el puño de acero de un dictador o el odio de los extremistas, sino por las esperanzas y aspiraciones de la gente común que están buscando los mismos derechos que celebramos hoy en día”.
El discurso estuvo en el estilo de “sangre, sudor y lágrimas” y Obama destacó los duros problemas a los que se enfrentaba Estados Unidos, así también como sus soluciones.
En aceptar la nominación presidencial de la Convención Nacional Democrática, Obama dio un mensaje con los pies más en la tierra, a diferencia del discurso de “cambio y esperanza” del 2008: “América, nunca dije que este camino sería fácil, y no prometeré eso ahora. Sí, nuestro camino es más duro – pero lleva a un lugar mejor”.