Israel liberó los cuerpos de 91 terroristas a la Autoridad Palestina esta mañana. La entrega de los restos es otro “gesto” del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a los palestinos en un esfuerzo por incentivar al presidente Mahmoud Abbas a que acepte volver a las negociaciones con Israel. Hasta ahora la AP se ha rehusado, a pesar de que Abbas ha aceptado las “muestras de buena voluntad” de Israel.
Algunos de los cuerpos han sido mantenidos por Israel por décadas. Dentro de esos que se entregan están los restos de siete terroristas que atacaron el Hotel Savoy en Tel Aviv en 1975, el terrorista que asesinó a seis personas en el Café Hillel en Jerusalem en el 2003 y terroristas que bombardearon micros en Ashkelon y Be’er Sheva en 1996.
Sin embargo, no se hicieron públicas las identidades de los otros terroristas. La organización de víctimas del terrorismo Almagor apeló al fiscal general y demandó que el gobierno revele los nombres de los criminales cuyos cuerpos están siendo liberados. El pedido fue negado y Almagor apeló a la Corte Suprema de Justicia ayer y pidió que se den a conocer las identidades. Todavía no se dictaminó sobre la solicitud. Las identidades conocidas fueron reveladas por la AP, no Israel.
El director de Almagor, Meir Indor, criticó fuertemente a Netanyahu y al ministro de defensa, Ehud Barak: “Bibi y Barak han actuado engañosamente con las familias de víctimas del terror estas últimas semanas y lanzaron varias excusas para jugar con ellas. La AP sabe los nombres. Las familias de los asesinos saben los nombres. Solo las familias de las víctimas y el público israelí las desconocen. La última vez, la publicación de los nombres terroristas causó una controversia pública que interfirió con la transferencia. Entonces, esta vez, ellos se dieron cuenta de que pueden usar el engaño para salirse con la suya, al esconder los hechos de las víctimas y retener información del público”.
Los cuerpos fueron quitados de un cementerio militar en el Valle Jordano esta mañana y transportados a Ramallah, desde donde serán enviados a cementerios de Judea y Samaria, controladas por la AP, y Gaza. La AP tiene intenciones de llevar a cabo “ceremonias de honor” y funerales para los criminales, la mayoría de los cuales son considerados “héroes” entre los árabes palestinos.