El 18 de mayo, la agrupación Familiares y Amigos de Víctimas del Atentado a la AMIA efectuó su acto mensual en reclamo de justicia, frente al edificio comunitario, con la presencia de alumnos de las escuelas secundarias judías Martín Buber, ORT y Scholem Aleijem.
Representantes de las mismas leyeron mensajes que reclamaban justicia y destacaban la labor que realizan los deudos por la preservación de la memoria y afirmaron que los acompañan en su lucha.
Posteriormente, Sergio Burstein, referente de Familiares, agradeció las palabras de los jóvenes: “¡Qué bueno es escuchar lo que sienten! ¡Cuánta ayuda e importancia tiene lo que han mencionado, porque está hecho con el corazón, con convicción!”.
“Ustedes, que no habían nacido cuando esto ocurrió y tuvieron el privilegio de no vivir esa tragedia, hoy la conocen por lo que acaban de ver dentro del edificio de la AMIA y por la lucha de los familiares por la memoria y, fundamentalmente, por no permitir que esa sangre sea inútil; por lo menos devolverle la dignidad haciendo justicia por sus muertes, para que paguen los responsables, aquellos que lo fueron en forma directa y aquellos que los encubrieron”, agregó.
Burstein anheló que las víctimas “sean el medio para que esto nunca más vuelva a ocurrir, que por lo menos sus vidas arrancadas sirvan para que el terrorismo se termine y se lo combata, siempre dentro del marco de la ley, y no para generar odio, que a lo único que nos lleva es a más muertes”.
El deudo les pidió a los jóvenes que “nunca dejen de luchar, no se permitan doblegarse; no importa si la lucha que emprendan los lleva a triunfar -se puede ganar y se puede perder-, lo importante es que esa lucha la den para dignificarse”.
“Cuando decían ‘aquí estamos para acompañar a los familiares’, nos miramos y nos dijimos: ‘no es a nosotros a quienes tienen que decir eso’; son otras las personas que tienen que escuchar, son otros los que tienen que valorar lo que es acompañar a los familiares porque son los únicos que saben lo que es sufrir la ausencia, el haberles arrancado a un ser querido, el encontrar la silla permanentemente vacía, la presencia de la ausencia”, criticó sin especificar a los destinatarios, quizá la dirigencia comunitaria.
“¡Cuántos tendrían que escucharlos, en vez de criticar a los familiares por cómo llevan su lucha! ¡Cuánto deberían aprender de todos los familiares, que a lo largo de estos 18 años nunca bajaron los brazos! No es fácil”, añadió el orador.
“Próximamente viene el acto del 18 de julio y quizá no se nos permita hablar; por lo menos hasta el día de hoy no quieren que hablemos porque decimos la verdad”, denunció Burstein, antes de volver a pedirles a los jóvenes que “persigan siempre la verdad” porque es “lo único que dignifica al ser humano” y que “no se arrodillen ante la injusticia” y reconocerles que “han dado una lección”.
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