El destino de un nuevo paquete de sanciones contra Irán propuesto por los legisladores de Estados Unidos dependerá de si Irán y las seis potencias más importantes del mundo avanzan en las conversaciones que tienen previsto comenzar mañana sábado en Estambul sobre el controvertido programa nuclear de Teherán.
Existe un amplio apoyo entre los demócratas y los republicanos en el Congreso de Estados Unidos para añadir más sanciones a la industria del petróleo y el sistema financiero iraní destinadas a presionar a Teherán para que abandone sus planes nucleares.
No obstante, el paquete propuesto de sanciones se estancó en el Senado estadounidense a finales de marzo, justo antes de que los legisladores dejaran Washington para un descanso de dos semanas.
Los legisladores, que volverán al Congreso el lunes, seguirán con atención las conversaciones en Turquía para definir el futuro de las nuevas sanciones propuestas.
Si se avanza poco en las conversaciones, habrá una nueva presión sobre la mayoría del Senado para avanzar en las nuevas sanciones, dijo un alto asesor del Congreso Republicano.
"Si hay un acuerdo real, creíble, entonces la necesidad de nuevas sanciones se verá disminuido", dijo el asesor republicano.
En las últimas sanciones impuestas por la administración de Barack Obama durante el año pasado estuvieron destinadas al Banco Central de Irán y un "significativo" recortes en las ventas de petróleo de Irán.
La nueva serie de medidas está orientada a los bancos extranjeros que se encargan de las transacciones de petróleo de Irán, según consignó The Jerusalem Post.
447