El teniente coronel Hanan Iserovich recuerda como si fuera ayer, cuando en agosto de 2006, en su rol de comandante del equipo del Batallón de la 50 Brigada Nahal tuvo que desplegar sus tropas en una aldea en el sur del Líbano. De repente, un oficial de inteligencia del Comando del Norte se comunicó con él y le dijo: “Hay una antiataque a Hezbollá con un escuadrón de misiles en una casa cercana", dijo el oficial. "Prepárate", agregó.
Iserovich logró localizar la celda con sus gafas de visión nocturna en el hogar a pocos kilómetros de distancia.
Sin embargo, pese a la rápida localización, hubo problemas con la Fuerza Aérea de Israel encargada de bombardear la casa donde la célula de Hezbollah se estaba escondiendo.
"Me tomó 15 minutos explicarle al piloto donde era la célula de Hezbollah y de dónde estaban mis fuerzas".
"El piloto siguió su camino de ida y vuelta, y una y otra vez me pedía que le explique dónde están mis tropas ya que quería asegurarse de que atacarlas por casualidad. A pesar de que estaba convencido de que mis hombres ni siquiera estaban cerca, me pareció que en última instancia, el piloto simplemente no confiaba en mí", agregó.
Hoy en día, casi seis años después de la guerra fatal, Iserovich es ahora un oficial de las Fuerzas de Defensa de Israel y está a cargo de una serie de proyectos de comunicación destinados a garantizar que no se repitan errores de este estilo en el futuro.
Inmediatamente después de la guerra en 2006, el ejército comprendió que carecía de "interoperabilidad", la capacidad de conseguir todas las fuerzas de tierra, mar y aire trabajen en conjunto. Desde entonces, el principal reto ha sido cómo acortar el ciclo del sensor al tirador (la cantidad de tiempo que transcurre desde que un objetivo enemigo es detectado por el sensor y cuando es atacado).
Un cambio realizado fue el proyecto para familiarizar a los soldados de distintas áreas. Para esto generaron cursos en conjunto. El siguiente paso fue mejorar el aspecto técnico de las cosas.
Con el fin de hacer frente a este desafío, la dirección C4I (la rama técnica que consisten principalmente de ingenieros y expertos en informática), a cargo de Iserovich, comprendió que necesitaba un gran número oficiales con experiencia en combate para ayudar a presentar las insuficiencias de las fuerzas en el campo con el fin de saber cuáles son los sistemas que necesitan para desarrollarse.
Así es como Iserovich encontró su camino a la dirección, junto con otro oficial, el teniente coronel Ofer Rotberg, encargado del cuerpo de artillería.
Rotberg creó el Desarrollo del Programa Digital del Ejército, un proyecto que permite a las unidades para compartir información sobre la ubicación de las fuerzas amigas y hostiles, así como imágenes captadas a partir de sensores aéreos y terrestres.
Por su parte, Iserovich ha trabajado en un programa llamado Tirat Agam el cual le permitirá a los generales ver la información no procesada que viene desde el nivel táctico.
Su recomendación fue aceptada y, hoy en día, el jefe del Estado Mayor el teniente general. Benny Gantz puede ver hasta el pelotón individual o un tanque, incluyendo los niveles de combustible, el número de proyectiles disparados y cuales son sus respectivas ubicaciones.
En la actualidad, Iserovich y Rotberg están trabajando en un nuevo proyecto que revolucionará la forma en que el ejército israelí trabaja. El plan fue llamado "La conectividad táctica", y su objetivo está dirigido a permitir a las fuerzas de tierra el transferir directamente sus objetivos a los buques de aeronaves o azul marino y viceversa a través de sus propios sistemas de comunicaciones individuales.
Esto puede sonar simple pero en realidad es complicado ya que las FDI de la actualidad, cada rama tiene su propio e independiente sistema de comunicaciones.
A su vez, el ejército israelí está tratando de dotar a los batallones con radares compactos que se desplegarían por delante de la principal fuerza y en la búsqueda de las fuerzas enemigas. La información luego se transferiría de nuevo al puesto de mando del batallón.
El coronel Nir Halamish, jefe de la División de Desarrollo de las Fuerzas Terrestres del Comando de las Armas, explica que el acortamiento del ciclo del sensor al tirador es imprescindible la actualidad a la hora de afrontar los desafíos que enfrenta el ejército israelí.
"El enemigo de hoy, sea Hezbollá o Hamas, opera dentro de un entorno urbano", explicó Halamish. "Tenemos que saber cómo detectar, identificar y atacar objetivos en forma rápida y precisa", agregó.
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