El 30º aniversario de la Guerra de Malvinas también se vio reflejado en la prensa israelí, que recordó el contexto y algunos acontecimientos de la misma y se refirió a los actos conmemorativos y a la actual situación de tensión entre la Argentina y Gran Bretaña por la explotación de recursos naturales y las restricciones a barcos británicos dispuestas por Buenos Aires.
Con el título “A 30 años de la Guerra de Malvinas: Todavía no hay paz”, el diario Maariv, que sólo se edita en hebreo, presentó una nota en base a cables de agencias internacionales, con dos fotografías, una del desembarco de las tropas argentinas en 1982 (foto) y otra actual, de una oveja delante de un campo minado.
El artículo señaló que la guerra comenzó el 2 de abril de 1982, cuando “el dictador argentino, general Leopoldo Galtieri”, ordenó la recuperación de las islas “y los soldados ocuparon la capital”, Puerto Argentino, tras lo cual la primera ministra británica, Margaret Thatcher, replicó con una “acción militar” para mantener “el control británico desde 1833”.
“Grandes fuerzas navales y unidades de elite fueron enviadas a la zona y después de 74 días de combate, el ejército argentino anunció su rendición”, resumió el diario israelí, que enumeró que “649 soldados argentinos, 255 soldados británicos y tres civiles locales murieron en la guerra”.
La nota agregó que “uno de los incidentes más famosos ocurrió el 25 de mayo, cuando aviones de guerra argentinos bombardearon y hundieron el destructor Coventry”.
Tras referirse a los actos conmemorativos del 30º aniversario en ambos países, Maariv destacó que “las tensiones por el control de las pequeñas islas, que están a 480 kilómetros al este de la costa sudamericana, un hombre descubrió en 1998 que la región tiene grandes reservas de petróleo”.
“Gran Bretaña anunció hace unos dos años que tiene la intención de comenzar la perforación cerca de las islas, y la semana pasada la Argentina advirtió que demandará a las empresas que participen de la exploración de petróleo”, continuó el diario israelí.
Maariv añadió que “en febrero pasado, la Argentina se quejó ante la ONU de que Gran Bretaña está militarizando la región y decidió prohibir que barcos de Malvinas entren a sus puertos”.
“La ira de Buenos Aires aumentó después de la publicación de la presencia del príncipe William en las islas, en el marco de su servicio como piloto de búsqueda y rescate de la Real Fuerza Aérea (británica), y del envío de un buque de guerra a la zona”, finalizó el artículo.
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