El documento final de la Conferencia, que hizo un seguimiento de la celebrada en Viena en el 2003, deja abierta la puerta a la celebración de una tercera reunión de la OSCE sobre la materia.
Miguel Angel Moratinos, propuso en su intervención ante este foro que se celebre en la ciudad andaluza de Córdoba, iniciativa apoyada por Estados Unidos y por Passy, presidente de turno de la OSCE.
Los 55 países integrantes de la Organización para la Seguridad y Cooperación Europeas (OSCE) se comprometieron, en la Declaración de Berlín, a adoptar medidas para combatir el antisemitismo y «toda forma de intolerancia, odio, acoso, ataques o violencia» motivados por el origen o la confesión religiosa. «El antisemitismo, en sus viejas o nuevas formas, es una amenaza contra la civilización y es compromiso de todos combatirlo», dijo el ministro de Exteriores de Bulgaria y presidente de turno de la OSCE, Solomon Passy.
Las delegaciones presentes se ratificaron en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención de Derechos Políticos y Civiles, así como en todas las resoluciones que abogan por la libertad de religión y la tolerancia.
La Declaración de Berlín, acompañada de un plan de acción, aconseja revisar las leyes nacionales para reforzar el castigo de los delitos relacionados con el antisemitismo. Establece el compromiso de mantener viva la memoria del Holocausto, de promover la tolerancia y la educación contra el antisemitismo en los colegios y de combatir la propaganda antisemita y xenófoba en Internet.
Passy, de origen judío, recalcó que el mensaje de la Conferencia es que «la Historia no se puede olvidar» y destacó la dimensión y simbolismo de la reunión, por haberse celebrado en suelo alemán.
El ministro alemán de Exteriores, Joschka Fischer, hizo hincapié en la necesidad de que la Declaración de Berlín no se quede en un gesto, sino que se ponga en práctica. «No basta con condenar el antisemitismo en todas sus formas, es necesario, sobre todo, la implementación de las medidas para combatirlo», pidió.
Esa lucha debe abarcar los nuevos medios de difusión de propaganda antisemita y xenófoba, en especial en Internet y otros soportes electrónicos. «Con determinación y creatividad, podemos ganar la lucha contra el antisemitismo en Internet», aseguró Fischer.
La intolerancia «empieza con los prejuicios y puede acabar en agresión, asesinato o genocidio», advirtió el ministro, quien destacó que no se deben minimizar los delitos de propaganda, ya que el antisemitismo «surge en la cabeza, muchas veces, de la gente joven».
A la Conferencia de Berlín asistieron unos 600 representantes de los 55 países de la OSCE y 330 delegados de organizaciones no gubernamentales de todo el mundo, de origen judío la inmensa mayoría. Tanto Fischer como Passy coincidieron en que, contrariamente a los temores expresados por representantes judíos, no cabe esperar que la ampliación de la Unión Europea vaya a suponer un incremento del antisemitismo procedente de los nuevos socios del este.
«El antisemitismo no es una cuestión del este o del oeste, sino algo que nos afecta a todos. Es un hecho, desde el momento en que cada guardería, colegio o las instituciones judías necesitan protección policial», constató Fischer.
Fte Cidipal