Una nueva herramienta geofísica de reducción a cero de artefactos antiguos enterrados bajo tierra podría ser una bendición para los arqueólogos y excavadores.
Los arqueólogos del mundo confían en un repertorio de métodos solo parcialmente efectivos, textos históricos, indicadores de superficies y tecnología, para decidir dónde romper la tierra para descubrir sitios arqueológicos significativos. Pero la decisión siempre termina en trabajo de adivinación, porque no es posible tener una clara visión de lo que pasa bajo tierra.
Ahora sí se puede, gracias al profesor Lev Eppelbum del Departamento de Geofísica y Ciencias Planetarias de la Universidad de Tel Aviv. Eppelbaum ha creada un nuevo método geofísico de sonido ecológico no disruptivo, un “kit de herramientas algorítmicas”, capaz de cortar a través del “sonido de la tierra” de características irrelevantes del suelo. Puede detectar estructuras arqueológicas y artefactos hasta en 150 metros bajo tierra, produciendo una imagen precisa en 3D e incluso 4D.
“Es la evidencia más conclusiva producida sobre lo que pasa debajo de la superficie”, dijo Eppelbaum, quien emigró a Israel desde Azerbaijan en 1990. “Hasta ahora era muy difícil revelar componentes arqueológicos relevantes, dado el fuerte sonido bajo tierra de componentes irrelevantes, y ahora es posible”, destacó.
Los métodos comúnmente usados incluyen radares, imágenes satelitales y tecnología infrarroja, que frecuentemente producen resultados inconclusos y pueden ser solo aplicados a sitios localizados a ciertas distancias de las áreas modernas urbanas e industriales, debido a la interferencia o el “ruido” producido por las características modernas de la tierra como tuberías, cables de teléfono y líneas de energía eléctrica.