El Vaticano retiró su apoyo inicial al Grupo de Trabajo Internacional para la Educación, la Rememoración y la Investigación del Holocausto (ITF, por su sigla en inglés) “debido a su preocupación por la presión del (organismo) para desclasificar registros sobre el pontificado del papa Pío XII en la era de la Segunda Guerra Mundial”, según un cable de la diplomacia estadounidense, de octubre de 2009, filtrado por WikiLeaks.
De acuerdo al documento, tres miembros de la ITF visitaron Roma para ultimar los acuerdos con la Santa Sede para que ésta se incorporase al organismo como observadora, pero el plan “se había venido abajo por completo debido a la marcha atrás del Vaticano”, lo cual “complica las relaciones exteriores” de ese Estado confesional, según los funcionarios norteamericanos.
El embajador austríaco Fernando Trauttsmandorff, el profesor estadounidense Steve Katz, del Centro Elie Wiesel de la Universidad de Boston, y la israelí Dina Porat, consejera académica de la ITF “expresaron su considerable decepción por el inesperado revés”, informa el cable.
El documento agrega que “el equipo de la ITF no entendió que, por medio de la decisión de frenar el avance de su constitución como observador de la ITF, el Vaticano estaba enviando un sutil mensaje a Israel acerca de la necesidad de avanzar en las negociaciones sobre el Acuerdo Fundamental” que normalice las relaciones entre ambos Estados.
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