La Asamblea General de las Naciones Unidas decidió anoche conmemorar el año que viene la antisemita Conferencia Mundial contra el Racismo realizada en Durban, con motivo de cumplirse una década de la misma.
Ese encuentro, realizado días antes del múltiple atentado del 11 de septiembre de 2001, se caracterizó por sus violentos ataques físicos y verbales contra los judíos e Israel.
La moción fue aprobada con 121 votos a favor, 19 en contra y 35 abstenciones.
Entre los países que se opusieron se encuentran Israel, Estados Unidos, Italia, Australia, Alemania, Canadá, Suecia, Holanda, Polonia y Rumania.
El representante israelí recordó que su país siempre fue un fuerte luchador contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y otras formas de intolerancia, y a tal fin asistió a Durban, pero allí se encontró con un odio y una hostilidad descarados.
La conferencia -agregó- se desvió de sus propósitos constructivos e innovadores para ser secuestrada con el objetivo de demonizar a Israel.
Ésta fue la razón de su boicot -y el de muchos países europeos y Estados Unidos- a la Conferencia de Revisión de Durban, que durante todo el proceso preparatorio puso de manifiesto que no se pensaba renunciar a la retórica venenosa.
Israel entendió que lo ocurrido no puede olvidarse y por eso votó en contra.
En ese evento pudo verse a manifestantes, con retratos de Osama Bin Laden, llamando a perseguir a los judíos, centros comunitarios locales fueron asaltados y cerrados, una conferencia de prensa israelí fue interrumpida violentamente, y se comparó a Israel con el nazismo y se lo acusó de aplicar una política de apartheid.
La declaración de Durban señala a Israel como un Estado racista, siendo el único país mencionado en ella, al tiempo que omitió miles de masacres y casos de discriminación étnica y religiosa en todo el mundo.
anterior