Jerusalem. (Agencias).- Al menos ocho muertos y unos 60 heridos es el balance de una explosión registrada esta mañana en un autobús que circulaba por Jerusalén. Las Brigadas de los Mártires de al-Aksa, brazo armado de Fatah, se han atribuido la autoría del atentado perpetrado hora punta y en una zona céntrica. El suicida se llamaba Mohamed Zal y provenía de la aldea de Hassam, en el distrito de Belén. Después del atentado, el Ejército de Israel ha cerrado a cal y canto la región de Belén.
Antes de que las Brigadas se conociese la autoría del atentado, dirigentes de la Resistencia Islámica (HAMAS) y del Yihad Islámico en la franja de Gaza lo apoyaron públicamente. «Esta ha sido una respuesta natural contra los asesinatos a sangre fría del enemigo israelí y las destrucciones de viviendas palestinas», declaró Abdulah Al-Shami, del Yihad. El líder de las Brigadas de los Mártires de la Mezquita de Al Aksa, conocido como «Abu Qusai», dijo a la prensa que su organización «bendice las manos puras de quien lanzó el ataque en respuesta a las masacres sionistas contra los palestinos». Y añadió que el ataque «ratifica la voluntad de los palestinos de seguir luchando por sus derechos». Estas acciones seguirán «allí donde esté presente el enemigo israelí», afirmó Abu Qusai.
Entre las víctimas, según la policía, hay niños que habían tomado el autobús para dirigirse a la escuela.
A las 08.30 (06.30 GMT) un autobús de la línea de Jerusalén número 14 se encontraba lleno de pasajeros y procedente del barrio de Talpiot, bordeaba la esquina de las calles de Emek Rafaim y David Remez, cerca del Parque de la Campana, cuando ha estallado.
Fuentes médicas informaron de al menos diez heridos en estado grave, entre los evacuados a distintos hospitales de Jerusalén, aunque no se ha precisado aún el númerto total de afectados por este atentado.
Fte L.V.G