La comunidad judía argentina se mantiene “seriamente preocupada” por el ataque sufrido hace una semana en el cementerio judío de Liniers, en la ciudad de Buenos Aires, donde fueron profanadas unas seis tumbas.
En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN), el presidente de la AMIA, Guillermo Borger, aseguró que está “seriamente preocupado” por lo ocurrido hace una semana en el cementerio judío que dependen de esa institución.
“Viví la noticia con mucha preocupación, ya que en ese momento me encontraba en Estados Unidos. Además no es un tema nuevo por lo que inmediatamente hable con el ministro (de Justicia, Julio) Alak, quien se comprometió a redoblar una vez más la seguridad”, destacó Borger.
Tras el ataque, ocurrido el pasado 7 de diciembre, Alak recibió a miembros de la comisión directiva de la AMIA, encabezados por el secretario general, Julio Schlosser.
Borger comentó que el titular de la cartera de Justicia también se comprometió a tratar el tema de la seguridad con el ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli, dado que la AMIA tiene cementerios en La Tablada, Berazategui y Ciudadela.
“Una vez más estoy seriamente preocupado porque si bien en esta oportunidad no hubo pintadas ni inscripciones antisemitas fue algo muy feo y diferente a lo habitual, dado que literalmente rompieron las tumbas e inclusive removieron la tierra”, afirmó, indignado, el presidente de la AMIA.
De acuerdo a lo precisado por Schlosser en este ataque levantaron las tapas de las tumbas y escarbaron la tierra de las sepulturas.
Entre las tumbas profanadas se encontraba la de una nena de 4 años de edad pero que “no hubo ningún robo, ya que las placas de bronce no fueron tocadas”.
Respecto de la ubicación de las tumbas, Schlosser indicó que tres de ellas estaban juntas, la de la criatura y el resto dispersas.
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