Los colegios electorales abrieron a las 07.00 de la mañana hora local (05:00 hora española) hasta las 22.00 en 159 ciudades, pueblos y comarcas que eligen a sus alcaldes para los próximos cinco años.
Los partidos Kadima, Likud y Laborista se presentan como tales en sólo la mitad de las poblaciones, mientras que en el resto las listas de candidatos son locales o una fusión de militantes de varios partidos.
Haifa, ‘la ciudad roja’, Tel Aviv la ‘liberal’ y Jerusalén la ‘conservadora’, que en total reúnen a 1,5 millones de habitantes, centran la atención de unos comicios que muchos analistas consideran la antesala de las generales convocadas para el 10 de febrero.
En las dos primeras se espera la victoria del Partido Laborista o de sus representantes, en tanto que en Jerusalén los comicios se debaten entre un candidato laico, Nir Barkat, y otro ultraortodoxo, Meir Porush, que no representan a ninguno de esos tres partidos.
Dan Meridor, ex diputado y ministro, destacó anoche la ‘aberración’ de que en Jerusalén, que Israel considera su capital, no se haya presentado ningún candidato de resonancia internacional y peso político como para influir en el gobierno, como era costumbre hasta hace cinco años.
‘Mejor así, porque sólo un candidato que no esté a la caza de fama internacional o de hacer carrera política en el gobierno se encargará de resolver nuestros problemas’, dijo Tomer Ezra, propietario de un kiosco en el centro de la ciudad.
Jerusalén, la ciudad más pobre del país, afronta graves problemas sociales, económicos y religiosos, amén de los políticos por la incertidumbre del proceso de paz entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Un tercio de sus 750.000 habitantes, los de la parte oriental, son palestinos que en su inmensa mayoría no participarán en los comicios para no reconocer la soberanía israelí en una zona que Israel ocupó en 1967 y que la ANP reclama como capital de un futuro Estado.
La ANP ha exhortado a los habitantes palestinos de Jerusalén a que no participen en estas elecciones y sus portavoces amenazaron con ‘castigar’ a quien acuda a las urnas en esa zona en disputa.
Ayer, con motivo del decimotercer aniversario conforme al calendario judío del asesinato del entonces primer ministro Isaac Rabin, el actual jefe del gobierno israelí, Ehud Olmert, advirtió, por primera vez en un discurso oficial, de que ‘Israel debe volver a las fronteras de 1967, con algunos retoques’.
‘Si queremos mantener un Israel judío y democrático, tendremos que ceder partes de nuestra patria… y también barrios árabes en Jerusalén Oriental‘, argumentó.
El asunto de Jerusalén se perfila como clave en la dura campaña que se avecina para las generales de dentro de tres meses, en las que el partido centrista Kadima y el conservador Likud se disputarán la victoria muy reñidamente, según todos los sondeos.