El presidente de la Comunidad Israelita de El Salvador, Eduardo Freund, aseguró que la colectividad judía de su país es “bien pequeña” –está integrada por 70 familias- pero muy “proactiva”.
En diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN) desde San Salvador, Freund señaló que aunque no hay escuelas judías formales, los chicos reciben educación judía no formal desde los dos a los quince años.
También se dan cursos de preparación para los Bar y Bat-mitzvá, clases de hebreo para adultos y un grupo de mujeres se reúne una vez por mes a estudiar con el rabino.
En este momento, la comunidad salvadoreña se encuentra desarrollando Proyectos de Jalomot (Sueños) y de Lomdim (Estudiantes), con el apoyo de Bamah (Bet Hamejanej Haiheudi de Argentina) y recibe asesoramiento de Darkei Noam de Masorti para el Curso de Madrijim (líderes) para el movimiento juvenil Noar Shelanu.
El líder espiritual de la comunidad, de orientación conservadora, es el rabino argentino Pablo Berman que llegó al país 2005 junto a su mujer Perla que es Morá (maestra).
Freund señaló, con orgullo un “fenómeno interesantísimo”: se trata de que el 50 por ciento de los miembros de la comunidad participan activamente de la vida judía, una cifra muy superior a la de otros países de la región.
“Somos la tercera generación de judíos en El Salvador y ya estamos llegando a la cuarta”, confesó Freund con alegría a AJN.
La llegada de judíos al país de Centroamérica se dio entre los años 1868 y 1886. Sin embargo, los primeros servicios religiosos para las fiestas de Rosh Hashana y Iom Kipur se dieron en 1909 con la llegada de Alfredo Widawer.
La familia Freund es una parte central de la historia de este pequeño país. El abuelo de Eduardo, Max Freund fue presidente de la kehilá y su papá, vicepresidente.
“Hay muchos judíos que nacieron acá pero otros vinieron de Colombia, Argentina, Brasil, Estados Unidos y otros países”, contó Freund siempre en diálogo con esta agencia.
Consultado respecto de los orígenes de los fondos para la ayuda social con los que se maneja la comunidad, Freund señaló que “todos provienen de la membresía (la cuota que abonan los socios)”.
Destacó la “buenísima relación” con el Comité Judío Americano y el Joint Distribution Committee (JDC) que “nos ayuda a ser proactivos”.
También remarcó la ligazón con el Estado de Israel.
En ese sentido, Freund señaló que este año dos chicos salvadoreños viajaron al Estado hebreo para enrolarse en el ejército y otros cuatro jóvenes llegaron a Jerusalem con un programa de la B’nai B’rith y una joven con el plan Taglit Birthright.
Además, Freund estimó que el 45 por ciento de los jóvenes judíos que finalizan sus estudios secundarios en El Salvador optan por seguir sus estudios universitarios en Israel.
Los jóvenes salvadoreños también participan en intercambios con las comunidades de México, Estados Unidos y Guatemala.
Para el año 5769 que se inició dos semanas atrás Freund deseó que “nos mantengamos unidos, que nuestros jóvenes sigan involucrados (en la comunidad), que viajen en vacaciones a Israel, Estados Unidos y Canadá e incrementar nuestra base (de miembros)”.
BK-HJP
217