El nuevo foro, designado por el primer ministro israelí Ehud Olmert, se reunirá hoy por primera vez a fin de flexibilizar esas o normas y de hecho ampliar la lista de los excarcelables.
Ello puede favorecer también a los prisioneros que ‘tienen las manos manchadas de sangre’, casi siempre excluidos de todo canje por prisioneros israelíes, pues fueron condenados por promover o participar en ataques sangrientos que dejaron muertos y heridos.
Algunos analistas creen que si se modificara esa estricta definición, ello puede posibilitar la excarcelación de un buen número de prisioneros palestinos o libaneses, estos últimos capturados durante la guerra del año pasado con la milicia integrista de Hizbulá, para recuperar a tres soldados israelíes, dos cautivos en ese país, y otro en la franja de Gaza.
De lado palestino, entre los prisioneros que podría recuperar su libertad se halla Maruan Barguti, el popular dirigente de Al Fatah, condenado a cinco cadenas perpetuas como líder de una célula palestina de Cisjordania que dio muerte a cinco israelíes.
El viceministro de Defensa y general en reserva Matán Vilnaí, declaró hoy a la radio pública que es posible excarcelar a Barguti ‘si se forjara un canje aceptable’. Barguti ‘es líder de unos asesinos pero no asesinó a nadie con sus manos’, comentó.
Debido a su condición de líder ‘hay que tratarlo como tal’, agregó Vilnaí. Israel debe hacer ‘todo lo posible para recuperar a soldados en poder del enemigo’, afirmó.
Los miembros que forman parte del nuevo foro gubernamental son la ministra de Exteriores Tzipi Livni; el viceprimer ministro Haim Ramón; el titular de Justicia, Daniel Fridman; Ami Ayalón, sin cartera, y Avi Dichter, ministro de Seguridad Interior.
Bajo las severas normas vigentes para la excarcelación de prisioneros con ‘las manos ensangrentadas’ es casi imposible negociar la liberación de los tres soldados israelíes cautivos, declaró el ministro de Estado Rafi Eitán, líder del Partido de los Jubilados y ex jefe de los Servicios Secretos (Mosad).
Por tanto, comentó, el Estado debe proporcionar a los encargados de negociar esos canjes ‘las herramientas necesarias’ pues ‘está prohibido abandonar a su suerte a los soldados cautivos’.