Dos emisarios de Nativ, organización creada en los años 50 como servicio independiente para fomentar el contacto de los judíos de la extinta Unión Soviética con Israel y su migración a la ‘tierra prometida’, viajarán próximamente a este país, según confirmó al rotativo berlinés ‘Der Tagesspiegel’ la embajada israelí.
Dicho diario revela hoy que el gabinete ministerial de Israel ha encargado a Nativ la misión de hacer frente a ‘la peligrosa asimilación de antiguos judíos soviéticos en Alemania’ y el progresivo alejamiento de estos del judaísmo.
En Alemania viven unos 220.000 judíos procedentes del territorio de la antigua Unión Soviética, de los que sólo unos 90.000 se han integrado en las diferentes comunidades judías repartidas por el país, mientras el resto no hace prácticamente vida religiosa.
‘Der Tagesspigel’ afirma que el consejo Central de los judíos en Alemania se ha enterado de la operación encargada a Nativ por la prensa y que su secretario general, Stephan Kramer, se ha mostrado indignado ante la iniciativa tomada en Israel.
‘Si uno lee el acuerdo ministerial saca la impresión de que los judíos alemanes deben ser evacuados. Es una señal fatal’, declara Kramer, quien teme que las actividades de Nativ amenacen la ya de por si frágil convivencia de las comunidades judías en Alemania.
Por ello, el consejo Central de los Judíos en Alemania ha dirigido una carta al primer ministro de Israel, Ehud Olmert, en la que denuncian que los planes de Nativ ‘son una señal de desconfianza, que nos ofende personalmente’.
‘Israel se piensa que puede asumir la dirección mundial del judaísmo. A ello se oponen las comunidades europeas’, afirma en el diario berlinés un miembro de la comunidad hebrea en la capital alemana que prefiere mantener su anonimato.
Los planes de Nativ fueron tratados recientemente en Israel por el ministro alemán de Exteriores, Frank Walter Steinmeier, quien declaró a la prensa local que ‘vivir en Alemania o Israel es una decisión personal que se debe tomar individualmente’.
La organización Nativ empezó a perder influencia a partir de 1989, cuando la URSS dejó de bloquear la salida de su territorio a los judíos y le permitió emigrar a donde quisieran, viajando muchos de ellos a Alemania, donde no existen límites para su inmigración.
La dirección de Nativ, que maneja un presupuesto oficial de 2 millones de dólares, fue asumida a principios de este año por el ministro israelí para Asuntos Estratégicos, Avigdor Lieberman.