Unos 700 mil funcionarios han solicitado una subida salarial al Gobierno que preside Ehud Olmert, en los últimos años
Los servicios que serán paralizados por los sindicalistas incluyen a todas las oficina de gobierno
La central sindical obrera Histadrut, que reúne a los sindicatos israelíes, ha convocado una huelga general indefinida a partir de mañana, miércoles, que dejará paralizado la mayoría de los servicios públicos del país.
Ofer Eini, secretario general de la Histadrut, anunció hoy en rueda de prensa que el sector público israelí y los sectores privados sindicados paralizarán todas su actividades a partir de las 06:00 hora local.
Según el dirigente sindicalista, en los últimos dos años ha estado negociando con el Gobierno que preside Ehud Olmert una subida salarial para los funcionarios públicos y todo lo que le ha ofrecido ha sido «30 shékels», unos cinco euros.
«Lo único que se puede comprar con eso un trabajador es dos pitas con falafel (bolas de garbanzo típicas de la región)», dijo con sarcasmo al calificar la oferta del gobierno de «insultante».
La Histadrut había pedido un aumento de entre diez y trece por ciento en los salarios de unos 700 mill funcionarios, rechazado por el Gobierno con el argumento de que no hay presupuesto suficiente.
Los servicios que serán paralizados por los sindicalistas incluyen a todas las oficina de gobierno, municipios, compañías de capital público, puertos, trenes, seguridad social, universidades y hospitales públicos.
No se verá afectado el transporte de autobús, como así tampoco, en la primera jornada de huelga, la actividad en el aeropuerto Ben Gurión, a las afueras de Tel Aviv y el único internacional de Israel.
El jueves, de no resolverse el contencioso, la Histadrut ha anunciado que paralizará también ese aeropuerto.
La última vez que se reunió el ministro israelí de Finanzas, Roni Bar-On, con el líder sindical fue el lunes, aunque la huelga fue aplazada hasta mañana, miércoles, porque hoy es jornada de luto oficial, en la que los judíos más observantes conmemoran la destrucción del bíblico Templo de Jerusalén hace 1.937 años.
En esta jornada los judíos religiosos observan un estricto ayuno y, según Eini, la Histadrut no ha querido poner dificultades.
El sector privado advierte que cada día de huelga costará al mercado unos 800 millones de shékels, unos 140 millones de euros.
elfinanciero