A pesar de la prometida reanudación de la ayuda, es poco probable que ésta llegue a Gaza, controlada por Hamas y aislada del resto del mundo.
El nuevo gabinete será juramentado el domingo en Cisjordania, donde las fuerzas del Fatá allanaron oficinas gubernamentales el sábado, apenas tres días después de que Hamas tomara el control de Gaza.
En un intento por reforzar su posición, Abbas emitió el domingo un decreto que permite que el nuevo gobierno inicie funciones sin la aprobación del parlamento.
El decreto, obtenido por The Associated Press, es el paso más reciente de Abbas para consolidar su poder en Cisjordania, luego de la toma de Gaza por parte del grupo Hamas. La semana pasada, Abbas disolvió la coalición entre su movimiento Fatá y Hamas en respuesta a la toma del área por parte de este último, y nombró al economista Salam Fayad como su nuevo primer ministro.
Se espera que el gobierno moderado de Fayad sea juramentado. Con la acción de Abbas, anunciada poco después de la medianoche, el gobierno puede iniciar funciones sin la aprobación del parlamento dominado por Hamas.
En Gaza, pobladores presas del pánico almacenaron grandes cantidades de pan, temerosos de una escasez de alimentos, combustible y otros bienes básicos al permanecer cerrados los cruces fronterizos con Israel y Egipto.
Cientos de otros pobladores locales se concentraron en la frontera con Israel para tratar de escapar al dominio de Hamas, pero encontraron sus puertas cerradas. Los soldados israelíes realizaron breves disparos para ahuyentarlos.
Dirigentes del movimiento Fatá, quienes huyeron de Gaza, empezaron a llegar a Cisjordania. El jefe de la televisión palestina dijo que se arrastró durante varios centenares de metros para evadir el fuego en el cruce entre Gaza e Israel, antes de llegar a un lugar seguro.
En tanto, Hamas asentaba su dominio en todo Gaza. El depuesto primer ministro Ismail Haniye reemplazó a los comandantes de las fuerzas de seguridad aliadas con Abbas con sus propios allegados, y miembros del grupo revisaron casas y vecindarios para despojar a la oposición de sus armas.
En el poblado sureño de Jan Yunis, miembros del clan local más poderoso se negaron a entregar sus armas, lo cual derivó en un combate. Los soldados de Hamas sitiaron y luego tomaron las casas de los miembros del clan, diciendo que confiscaron drogas y un amplio arsenal.
Dos personas leales a Fatá fueron asesinadas el sábado, en lo que de acuerdo con el grupo fueron actos de venganza. Asimismo, los cadáveres de siete miembros de Hamas fueron encontrados en el sótano del Servicio de Seguridad Preventiva, un bastión de Fatá capturado por Hamas el jueves, y el cadáver acribillado de un comandante local de Fatá apareció en el sur de Gaza. Más de 100 personas murieron en una semana de combates.
En Cisjordania, elementos armados de Fatá atacaron instituciones manejadas por Hamas, tomando el parlamento y varios otros edificios de gobierno.
Coreando «Fuera con Hamas», plantaron banderas de Fatá y Palestina. También atacaron al vicepresidente del parlamento, Hassan Kreishe, un independiente, pero empleados del organismo les impidieron apoderarse de él. Los sujetos se fueron finalmente, luego de advertirles que a las personas relacionadas con Hamas no se les permitiría regresar.
Mientras Hamas y Fatá reafirmaban su dominio en Gaza y Cisjordania, respectivamente los dirigentes de los dos grupos intercambiaban ataques verbales y ponían en duda el derecho del otro a gobernar.
En Gaza, el vicepresidente del parlamento, Ahmed Bahar, de Hamas, calificaba la formación del gobierno de emergencia de Abbas como ilegal.
Abbas, por su parte, rechazó las acciones del presidente de la Liga Arabe, Amr Mussa, para mediar entre él y el dirigente supremo de Hamas, Jaled Mashaal. El asesor de Abbas, Yasser Abed Rabbo, dijo que el mandatario no dialogaría con «asesinos».
En el enfrentamiento, buena parte de la comunidad internacional, incluidos Estados Unidos, la Unión Europea y los estados moderados árabes, apoyan a Abbas. A las declaraciones de apoyo podría seguirles pronto la reanudación de ayuda internacional a la Autoridad Palestina, aunque no está claro si los fondos internacionales llegarían a Gaza.
El cónsul general en Jerusalén, Jacob Walles, se reunió con Abbas en sus oficinas de Ramalá el sábado y dijo que se espera retirar el embargo una vez que asuma el nuevo gobierno.
«Espero que empecemos a trabajar con este gobierno. Espero hacerlo a inicios de la siguiente semana. Habrá algunos anuncios en Washington, específicamente respeto a nuestra ayuda y regulaciones financieras», dijo Walles tras el encuentro.
La comunidad internacional impuso las sanciones el año pasado, luego de que Hamas ganó las elecciones legislativas. El boicot, que ha paralizado la economía palestina, continuó incluso durante el gobierno de coalición entre Fatá y Hamas formado en marzo.