Luego de su estruendosa salida del Gobierno y de su polémico viaje a Irán, el piquetero y ex funcionario Luis D´Elía volvió a escandalizar.
Esta vez la ocasión fue la Feria del Libro, donde D´Elía participó de la charla «AMIA, la otra verdad «, que debió terminar abruptamente debido a los gritos, insultos y forcejeos que se generaron entre los asistentes.
El panel, encabezado por el piquetero y ex funcionario, estaba integrado también por el ex diputado Mario Cafiero y por el director de la Casa para la Difusión del Islam, Mohsen Ali. Unas 500 personas componían el público, en el que se mezclaban miembros de las comunidades judía y musulmana, además del público de la Feria y algunos militantes políticos llevados por el dirigente ultrakirchnerista.
Al tomar la palabra, D´Elía reiteró su tesis de que la República Islámica de Irán no tiene ninguna vinculación con el atentado a la AMIA. Contó detalles del viaje que le pagó el gobierno de Ahmadinejad a Irán, adonde fue acompañado por Cafiero y por el padre Luis Farinello, además de volver a sugerir que habría que investigar a «la derecha israelí». Por su parte, Cafiero acusó a los testigos que declararon en la causa contra el gobierno de Teherán de ser «terroristas».
Luego de los tres discursos (aplaudidos por menos de un tercio de los asistentes), un hombre se levantó y gritó: «¿Por qué quieren negar el Holocausto? Yo perdí a toda mi familia ahí». Ali pidió a su gente «no contestar, porque ellos vinieron a hacer esto», lo que generó una «guerra» de aplausos entre los que defendían a Irán y quienes pedían justicia por las víctimas de la AMIA.
El evento terminó de desbarrancarse por completo cuando pidió la palabra el presidente del Centro Simon Wiesenthal, Sergio Widder, quien afirmó que Cafiero cree en Los Protocolos de los Sabios de Sion (el libelo creado por la policía zarista para inventar un complot mundial de los judíos) y que D´Elía repite la tesis del autoatentado del neonazi Norberto Ceresole.
Tras estos dichos, cuatro corpulentos seguidores del piquetero intentaron sacarle el micrófono, mientras en el resto del auditorio se escuchaban acusaciones cruzadas de «nazis» y «terroristas». El panel debió ser concluido abruptamente mientras los asistentes todavía discutían acaloradamente.
La Nacion