Ana Baron.- La estrategia de Cristina Kirchner con la comunidad judía se parece mucho a la de Carlos Menem con los cubanos americanos de Miami. El lobby judío, como el cubano, es un buen canal para abrir puertas en Washington y le puede servir a Cristina si ganan los demócratas en las elecciones presidenciales», dijo a Clarín Marc Jones, un especialista en Argentina que asesora frecuentemente al gobierno de EE.UU. sobre nuestro país. «Para mi eso es lo que explica el viaje de Cristina a Washington, pero puede llevarse algunas sorpresas», agregó.
De hecho, el viaje que realizará Cristina esta semana a EE.UU. será muy diferente al que realizó recientemente a Francia, Ecuador, Venezuela y México, donde permaneció varios días y tuvo múltiples entrevistas, incluyendo presidentes y funcionarios.
En la agenda que desarrollará en Washington figura un solo evento: la Cena de Gala de la Asamblea Anual de la American Jewish Committee.
«Es un toco y me voy. Llega el 3 de mayo y se va el 4», confirmó un diplomático argentino.
No es un secreto para nadie en Washington que tras el acto que realizó Chávez en la Argentina cuando Bush estaba en Uruguay la relación entre la Casa Rosada y la Casa Blanca quedó totalmente congelada. Si bien hay esfuerzos diplomáticos de ambas embajadas por disipar la tensión, «en los niveles más altos del Departamento de Estado no quieren oír hablar de la Argentina y mucho menos en la Casa Blanca», dijo una de las fuentes estadounidense consultada por Clarín . «En el Departamento de Estado no quieren saber nada de los Kirchner», dijo otra fuente que está en la organización del viaje de Cristina.
En plena campana electoral, el Gobierno argentino tampoco demostró ningún interés por restablecer un diálogo. Cristina rechazó una invitación a participar en el Seminario anual de la Americas Society que tendrá lugar en el Departamento de Estado.
Quienes pensaban que Cristina aprovecharía la cena de gala para acercarse a la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, se equivocaron. Rice no asistirá a la cena. Lo más probable es que asista su numero dos, John Negroponte, o su número tres, Nicholas Burns, quien hizo publico el enojo del gobierno de Bush por el acto de Chávez en Argentina.
Entonces, ¿cuál es el objetivo del viaje de Cristina a Washington? Si el objetivo es utilizar a la comunidad judía para mantener puertas abiertas en Washington, la estrategia podría tropezar con algunos problemas.
En el seno de la comunidad judía hay mucha gratitud por los pedidos de captura de funcionarios iraníes de la justicia argentina. Pero también hay mucha desconfianza por la relación entre Kirchner y Chávez. El American Jewish Committe es uno de los lobbys más feroces que hay en Washington contra Chavez.
La estrategia de Cristina no tiene en cuenta que el enojo en EE.UU. contra Chávez es bipartidario. La primera en criticar a Chávez cuando acuso a Bush de ser un Diablo, fue la demócrata Nancy Pelosi. Además, el lobby que presiona en el Congreso de EE.UU. para que el Gobierno argentino atienda a los bonistas que quedaron fuera del canje está liderado por dos demócratas: el ex número dos del Departamento de Comercio, Robert Shapiro, y la ex embajadora ante la ONU, Nancy Sodeberg.
Si bien es probable que nada de esto surja durante la cena de gala, sin duda estará latente.
Clarin