Hace 59 años se produjo el momento más extraordinario de la historia judía
contemporánea. El establecimiento del Estado de Israel le dio la oportunidad al
pueblo judío de construir un país acorde con el legado histórico de sus profetas.
Después de dos mil años, la tierra de Israel fue restituida a sus legítimos dueños y allí construimos un hogar y un estado nacional excepcional.
En su corta e intensa historia, Israel ha pasado por días maravillosos y por días de mucha angustia. Nuestro constante esfuerzo por vivir en paz con nuestros vecinos nos obliga a un esfuerzo tremendo, lleno de infortunios. Pero aún sabiendo que debemos vivir momentos de desilusión y horas de frustración no tenemos dudas en perseguir nuestros objetivos: la paz y el bienestar para nuestros ciudadanos.
El pueblo judío retorno a la tierra de Israel y construyó una nación ejemplar: un
Estado que legó al mundo los valores de la moral, la ley y la justicia. Y lo hemos hecho sin haber podido disfrutar de un sólo día de paz. Por eso, en este siglo XXI que está comenzando, debemos maximizar nuestros esfuerzos para poder perpetuar la coexistencia pacífica con nuestros vecinos. Necesitamos superar las diferencias políticas o territoriales y recuperar la confianza.
En Israel estamos ante un tiempo de nuevos desafíos. Las amenazas sobre nosotros continúan y las afrontaremos con coraje inteligencia y responsabilidad. Este modo de actuar fue los que nos permitió sobreponernos a situaciones muy difíciles. Nuestro sueño es poder compartir nuestros logros con todos nuestros vecinos. Sólo con la cooperación y la integración podremos generar nuevas oportunidades para superar los males que acechan a la región.
A 59 años de su establecimiento, podemos reafirmar que Israel no renunciará jamás a ser un país democrático. Tenemos una economía desarrollada e industrias que dan muestras de notable vitalidad. Más allá de todas las dificultades fuimos capaces de construir un país moderno, con alto nivel de educación, seguridad social y gran capacidad tecnológica.
A lo largo de los años, la comunidad judía de la Argentina demostró con hechos su vínculo inalterable con Israel. Esta celebración de Iom Haatzmaut es entonces una excelente oportunidad para ratificar que una comunidad unida y solidaria como la Argentina, nos da fuerzas para poder afrontar con determinación y esperanza losdesafíos que tiene por delante el Estado de Israel.
Rafael Eldad
Embajador del Estado de Israel.