Israel, Alemania, Estados Unidos y el Vaticano criticaron hoy duramente la celebración en Teherán de la Conferencia sobre el Holocausto y denunciaron que su objetivo es cuestionar la existencia del genocidio de seis millones de judíos por parte del régimen nazi.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro israelí, Ehud Olmert, condenaron «rotundamente» este encuentro, que concluye hoy en la capital iraní, y subrayaron que su objetivo es «cuestionar la existencia del Holocausto».
«La celebración de esta conferencia demuestra con qué amenaza tiene que vivir Israel», señaló Merkel durante la primera visita oficial del primer ministro israelí a Alemania.
Olmert, por su parte, agradeció a la canciller su rotunda condena de la política iraní que, dijo, es «inaceptable» y pone de manifiesto el peligro que emana de ese país para la cultura occidental.
Antes de iniciar su visita a Berlín, el primer ministro había emplazado a Alemania a no bajar la presión sobre el gobierno de Teherán por el mero hecho de que el país germano tenga fuertes intereses económicos en las relaciones bilaterales.
En una conversación de Merkel con periodistas extranjeros, previa a la reunión con Olmert, la canciller subrayó que Alemania es del grupo de países partidarios de que el Consejo de Seguridad de la ONU adopte sanciones contra Irán.
En una entrevista publicada hoy por el diario italiano «La Repubblica», en víspera de su viaje a Roma, Olmert pidió que Europa detenga el antisemitismo del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ante el peligro que se pueda producir un nuevo Holocausto.
«Europa no puede permanecer indiferente ante un Estado que quiere borrar a Israel del mapa y tener un programa nuclear», dijo.
Para el primer ministro israelí, Ahmadineyad representa «la más dura forma de antisemitismo y existe sólo una manera de afrontarlo: hay que detenerle y aquellos que no lo hagan tendrán sobre sus hombros el peso por no haber actuado».
Por su parte, el Gobierno de EEUU aseguró que la conferencia iraní es una «plataforma para el odio» y una «afrenta» al mundo civilizado.
En un comunicado, el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, expresó la condena de su país a la conferencia inaugurada ayer en Teherán, que pretende poner en duda los «hechos históricos» de las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial, así como «establecer una plataforma para el odio».
«Estados Unidos seguirá apoyando a las personas en Irán y en otros lugares que promueven los derechos humanos y la dignidad, y respaldará sus esfuerzos por superar la opresión, la injusticia y la tiranía», añadió Snow.
También el Vaticano resaltó que el holocausto fue «una tragedia enorme ante la que no se puede quedar indiferente».
En un comunicado oficial, la Santa Sede recordó que en el siglo pasado «se vivió el intento de exterminar al pueblo judío con el consiguiente asesinato de millones de personas por el sólo hecho de pertenecer a este pueblo».
«La Iglesia Católica recuerda con profundo respeto y comprensión la experiencia vivida por el pueblo judío» y «estos terribles hechos tienen que ser una advertencia para las consciencias, eliminar conflictos, respetar los derechos legítimos y exhortar a la paz», subrayó.
Igualmente, el vicepresidente de la Comisión Europea, Franco Frattini, reprobó la conferencia de Teherán y recalcó «la firme condena y rechazo» del Ejecutivo comunitario de cualquier manifestación de antisemitismo, racismo y xenofobia.
La Comisión Europea está decidida a usar todos los poderes que le confiere la legislación para luchar contra estos «fenómenos repugnantes», indicó en un comunicado el también responsable de Libertades, Seguridad y Justicia en la CE.
Frattini reprochó cualquier intento para «negar, trivializar o minimizar» el holocausto, los crímenes de guerra o los crímenes contra la Humanidad.
Por su parte, la presidenta del Parlamento austríaco, Bárbara Prammer, señaló que en la cita de Teherán destacan los negacionistas del Holocausto «que intentan hacer presentable su antisemitismo con argumentos aparentemente científicos».
La presidenta instó a las autoridades iraníes a «colaborar activamente» en los intentos de entablar un diálogo constructivo entre las culturas y las religiones, y «a no socavar estos esfuerzos con ese tipo de actividades».
Prammer aseguró que respalda la decisión de la Justicia de su país – donde negar el Holocausto es un delito- de investigar a los participantes de nacionalidad austríaca en el encuentro.