Daniel Santoro .-
Pese a la desmentida del Gobierno a un informe de los EE.UU., el libanés de Ciudad del Este Assad Barakat es uno de los principales investigados por la SIDE como supuesto apoyo financiero del atentado contra la AMIA.
Barakat fue señalado esta semana en un informe del Departamento del Tesoro norteamericano como el líder de una red de apoyo financiero y logístico del partido libanés proiraní Hezbollah integrada por otros 8 libaneses y dos empresas de la Triple Frontera.
El informe de EE.UU. fue rechazado por las cancillerías de la Argentina, Brasil y Paraguay en un comunicado conjunto. Es más, la ministra de Defensa, Nilda Garré, dijo que «los servicios de inteligencia de nuestros tres países no tienen información o valoración de que desde allí se realicen actividades vinculadas con el Hezbollah».
Sin embargo, una fuente de la unidad especial AMIA que dirige el fiscal Alberto Nisman dijo a Clarín que «Barakat sigue siendo uno de los principales investigados por la SIDE en las 300 millones de llamadas hechas antes del atentado de 1994 entre Buenos Aires, la Triple Frontera y otras ciudades que se están cruzando».
Barakat había comenzado a ser investigado por el ex juez Juan José Galeano en el 2001.
En un informe que en el 2002 el entonces jefe de la SIDE, Miguel Angel Toma, envío a Galeano se afirma que Barakat estaría relacionado con otro miembro del Hezbollah, Samuel Salman El Reda, un colombiano sospechoso de haber organizado el ataque a la AMIA. En casa de conocidos de ambos en Ciudad del Este, la policía paraguaya secuestró videos en los que se ve al secretario general del Hezbollah, Hassan Nasrallah, realzando la labor de los comandos suicidas durante los 90 contra la invasión de Israel del Líbano (disponibles en Clarín.com).
En otro se ve a un joven del Hezbollah recibiendo entrenamiento militar; luego poniéndose un chaleco con bombas, besando el Corán, e inmolándose detonando los explosivos contra una patrulla israelí.
En ese allanamiento también se encontraron cartas que hablan de colaboraciones de dinero reunidas en Ciudad del Este para la «Asociación Organización Benéfica Social El Mártir», que serviría para financiar a familias de comandos suicidas.
En el informe de EE.UU. se afirma que hasta antes de ser detenido en Brasil en el 2002 y luego extraditado a Asunción, donde cumple una pena de 6 años de prisión por evasión impositiva en una cárcel de máxima seguridad, Barakat viajaba frecuentemente al Líbano donde se reunía con Nasrallah . La abogada de Barakat, Raquel Talavera, dijo a Clarín en Asunción que «esos videos se pueden ver hasta en CNN y no prueban nada».
En noviembre del 2002 Barakat había dicho al diario Folha de Sao Paulo que «sólo soy un simpatizante del Hezbollah al cual le envío 400 dólares por año para ayudar a los huérfanos de la guerra de liberación del sur del Líbano, al igual que lo hacen otros dos mil libaneses de Brasil» y negado algún tipo de vinculación con el terrorismo.
La investigación de Nisman sobre Barakat recién se terminará el año próximo. Por lo pronto, el Hezbollah no es un grupo terrorista para el Gobierno, pese a los reclamos de la comunidad judía y EE.UU. Por lo tanto, colaborar con el Hezbollah no es un delito, aunque sí lo sería si esa plata llegó a los terroristas que atacaron la AMIA.
COLABORO: Hugo Olazar
DESDE ASUNCION