El secretario general del grupo chií Hizbulá, Hasan Nasralá, pidió hoy en un discurso a sus seguidores que continúen la protestas callejeras, que ya duran siete días, hasta hacer caer al gobierno de Fuad Siniora.
Nasralá -cuyo discurso de 70 minutos se retransmitió desde algún lugar desconocido a sus seguidores congregados en el centro de Beirut a través de una pantalla gigante de televisión- aseguró que el movimiento de oposición ‘no es chií’, sino que acoge a libaneses de todos los credos, y rechazó toda idea de conflicto sectario entre chiíes y suníes.
El líder chií, que permanece oculto en algún lugar secreto desde que terminó la última guerra entre Israel y su movimiento, reiteró la necesidad de un gobierno de unidad nacional, en el que Hizbulá estaría dispuesto a ceder sus puestos a sus aliados políticos siempre que la actual oposición cuente con un tercio más uno de las carteras ministeriales.
Por otra parte, negó que su grupo responda a los intereses de Siria, aunque no citó a este país por su nombre: ‘rechazamos la tutela del hermano, del vecino y del enemigo’, dijo.
Nasralá también tuvo palabras para ‘los reyes árabes que nos amenazan con guerras civiles en la región’ -en alusión a Abdalá II de Jordania-, y les pidió que ‘no se fíen de los informes de sus embajadores y vengan a ver con sus propios ojos lo que sucede en el Líbano’.
El líder chií pidió que se forme ‘un comité judicial libanés, o de la Liga Árabe, o de la Conferencia Islámica, de jueces independientes’ que investigue la última guerra lanzada por Israel contra el Líbano.
Según él, hay algunas fuerzas dentro del Gobierno que llegaron a pedir a EEUU que sugiriera a Israel lanzar esa guerra contra Hizbulá con el argumento de que el grupo chií era incontrolable dentro del Estado, pero no llegó a acusar a nadie en concreto.
Asimismo, aseguró que ‘un servicio de información del Gobierno’ intentó proporcionar a Israel la localización de importantes dirigentes de Hizbulá donde éstos podrían ser bombardeados.
Del mismo modo, dijo que el propio Fuad Siniora ordenó al Ejército libanés, durante la misma guerra, que requisara las armas que iban a recibir los milicianos de Hizbulá.
Nasralá reveló también que hace poco hubo un intento de asesinato fallido contra él por parte de un grupo suní, hechos ‘que están en juicio y el tribunal no quiere pronunciarse’.
Pese a todas estas acusaciones, volvió a tender la mano e indicó que su grupo todo lo que quiere es ese gobierno de unidad nacional, pero ‘en caso de que sigáis así’ -dijo dirigiéndose al Ejecutivo-, lo que Hizbulá buscará es la convocatoria de elecciones, en las que ‘ganará la oposición’.
El líder chií pidió a los seguidores de la oposición que continúen con sus protestas ‘pacíficas’, comenzando desde mañana mismo con la oración del mediodía en las mezquitas y continuando con una gran manifestación nacional para el próximo domingo en el centro de Beirut.