Los 21 parlamentarios han sido imputados por pertenencia a un grupo terrorista que supone una amenaza para la seguridad de Israel, por lo que no se comprende bien esta diferencia de trato, ya que Al Shaer es un prominente dirigente de la organización islamista. Los analistas israelíes apuntan abiertamente que la captura de los legisladores tiene como fin forzar su canje por el militar cautivo en Gaza.
El dirigente del movimiento fundamentalista, capturado por soldados hebreos el 19 de agosto, no podrá abandonar Nablús (Cisjordania), y por tanto no podrá acudir a sus oficinas de Ramala, capital administrativa de este territorio ocupado, hasta el 15 de octubre.
En el frente libanés, el Gobierno de Tel Aviv decidió, una vez más, posponer la retirada de sus soldados del sur del país árabe con el argumento de que no está claro el papel de las fuerzas de Naciones Unidas en el supuesto de incidentes con milicianos o partidarios de Hezbolá.
En principio, los jefes del Ejército anunciaron que abandonarían Líbano el 15 de septiembre, cuando 5.000 de los 15.000 cascos azules previstos estuvieran desplegados en el sur de Líbano. Más tarde apuntaron que los uniformados regresarían a Israel el día 22. Ahora, el ministro de Defensa, Amir Peretz, afirma que, a pesar de las diferencias con los mandos de las fuerzas internacionales y del Ejército libanés, se retirarán para la festividad de Yom Kipur, que comienza el domingo por la noche.