– Creo que sí. Hay que valorar permanentemente que para aprobar leyes básicas hace falta una mayoría especial en el Parlamento y éste es un momento muy especial de la historia del pueblo judío, con amenazas que acosan a Israel desde el Sur y el Norte, Estados Unidos estableció su embajada en Jerusalem, acompañado por dos países latinoamericanos y espero que haya muchos otros… En definitiva, es un proceso que terminó siendo maduro en este momento.
– ¿Por qué menciona las amenazas?
– Hay muchos signos de pregunta. Solo este fin de semana estuvimos más cerca de una guerra en la Franja de Gaza que en los últimos cuatro largos años. Las amenazas permanentes, que no son tan peligrosas desde el punto de vista de la vida humana, pero sí para la moral de la población que la rodea, como el ataque certero (de un francotirador palestino, el viernes) destinado a matar al sargento (Aviv) Levi. Y en la frontera norte, el avance de las tropas iraníes, de (la organización terrorista libanesa) Hezbollah y del presidente de Siria, (Bashar el-) Assad, atacando la ciudad de Kuneitra y sus alrededores, sobre el borde con Israel. En ese sentido, la ley pone en claro una gran discusión que hay en la sociedad israelí: hay quienes piensan que tiene que ser un país democrático y judío, y otros sostienen que debe ser "de todos sus ciudadanos", dejando de lado la esencia judía del Estado. Ese debate está definido: desde hace años, en forma consistente y -según las estadísticas actuales- también en las próximas elecciones, el público vota por partidos políticos de derecha, que tienen bien en claro que Israel tiene que ser un país judío, para conservar nuestra esencia, nuestros orígenes y nuestros valores, y democrático porque creemos en este sistema. Si hay discriminación contra la población árabe, debe terminar en forma inmediata: como ciudadanos deben tener exactamente los mismos derechos que los demás.
– ¿La ley es discriminatoria?
– No, en absoluto, así como, en su momento, la Constitución argentina establecía que el Presidente debía ser católico apostólico romano y nunca lo vi como una discriminación, sino como la aceptación de la realidad. Cuando hice aliá tomé mis decisiones, pero no habría discutido la esencia de la República Argentina. La del Estado de Israel es judía y aquel que quiera quiera establecer un país "para todos sus habitantes" puede buscar un lugar en los países árabes…
– ¿Esta ley puede, de alguna manera, dañar el sistema democrático del Estado de Israel?
– En absoluto. No hay una palabra en esa ley que ponga en peligro la esencia democrática del Estado de Israel. Lo único que hace es poner en claro lo que todos sabíamos.
– ¿Qué pasará políticamente con esta ley en los próximos meses?
– ¿Esta ley absolutamente nada cambia en la vida común de quienes no son judíos o israelíes?
– Desde ya. Al contrario, creo que debe ser acompañada por una fuerte inyección de presupuesto y demás para adelantar a todas las poblaciones o comunidades del Estado de Israel.
– Esta ley tiene que ver exclusivamente con Israel. En principio, sabemos que en estos momentos tenemos un conflicto con los movimientos conservador y reformista y creo que la posición del Gobierno no es la más adecuada para mantener buenas relaciones con ellos, sino que debe haber cambios de apertura para reconocer a todos tal como ven su judaísmo. Soy laico y exijo ser respetado como tal. Vivimos una etapa crucial de la vida judía en muchos sentidos y los signos de pregunta que se formulan son muchísimos. Hay muchos acá, en Israel, que opinan que el Movimiento Reformista abre una puerta de oro para que el judío pueda dejar de serlo, y yo creo que sea cual fuese la forma de pensar de un judío fuera de Israel, debemos abrazarlo y acercarnos a él.