Agencia AJN.- Los legisladores opositores de Israel acusaron hoy al primer ministro Benjamín Netanyahu y a la ministra de Cultura y Deportes, Miri Regev, de ser los culpables de la cancelación del partido con Argentina, por “politizar el juego al insistir en que tuviera lugar en Jerusalem”.
El presidente de la Asociación de Fútbol Palestino, Jibril Rajoub, afirmó que Israel había convertido el partido en una "herramienta política" al insistir que se celebrara en Jerusalem, en lugar de la ubicación originalmente planificada de Haifa.
Varios legisladores del partido israelí Unión Sionista se hicieron eco de la evaluación de Rajoub y consideraron que la decisión del traslado de la sede había contribuido a la cancelación del partido.
El presidente de la oposición israelí, Isaac Herzog, afirmó en un comunicado que Israel marcó un "objetivo propio espectacular" para el movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), al describir la decisión de Argentina como "un fracaso simbólico de un gobierno enterrando su cabeza en la arena".
La número dos del partido Unión Sionista, Tzipi Livni, expresó que la medida fue el resultado de “la insistencia de Regev y Netanyahu en convertir el juego de una muestra deportiva en una muestra de política personal”.
“Deberíamos haber dejado a los jugadores en el campo, a los fanáticos en las gradas y a los políticos afuera”, escribió en Twitter.
Asimismo, el legislador Zouheir Bahloul, veterano comentarista de fútbol árabe-israelí, estuvo de acuerdo en que la decisión de trasladar el partido a Jerusalem "convirtió el juego en un evento político antagónico que provocó su cancelación".
Por su parte, el presidente del partido, Avi Gabbay, destacó que Israel recibió "una bofetada en la cara", y predijo que la medida podría desencadenar un "tsunami internacional" de victorias del BDS contra el país.