Itongadol.- Un monumento que recuerda a las víctimas de la Shoá, ubicado en la ciudad de Utrecht, a 20 millas de Ámsterdam, fue ensuciado con barro y sangre.
El monumento posee los nombres de más de 1.200 judíos que fueron deportados a los campos de exterminio desde la estación de ferrocarril de Utrech, convertida en museo del Ferrocarril Holandés.
El hecho fue descubierto poco después del 4 de mayo, día nacional de luto en Holanda en homenaje a sus víctimas de guerra.
La policía holandesa no sólo no identificó a los profanadores, sino que no sabe cómo se infiltró la sangre en el monumento y si las personas que la colocaron querían referirse a un símbolo judío.
En 2013, las autoridades del museo del Ferrocarril Holandés se habían opuesto a los planes de erigir el monumento cerca de su entrada.