Agencia AJN.- La obra de teatro “Eye & Yo” cuenta la historia de Esther Cajg (Eye), sobreviviente a siete campos de exterminio nazi. Ella era la abuela de Julieta Cayetina, quien no sólo protagoniza el espectáculo junto a Laura Oliva y Francisco Prim, sino que también se encargó de investigar a su familia para escribir esta historia.
“El mensaje de la obra es lograr que no se olviden a los sobrevivientes, que no se olviden estas historias, de nuestros abuelos, de nuestro pasado. Este es el granito de arena que siento que puedo poner, siendo la nieta de mi abuela”, manifestó Cayetina en una entrevista con la Agencia AJN.
El espectáculo, dirigido por Dennis Smith, es en el marco del ciclo "Una Voz. Volumen dos", cuenta con el apoyo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y se puede disfrutar los domingos a las 18 en la Sala Alberdi de El Cultural San Martín.
-¿Cómo describirías a la obra?
-La obra es un homenaje a mi abuela y a todos los abuelos y sobrevivientes del Holocausto o de cualquier genocidio que haya ocurrido de esta magnitud. Pero lo más interesante de esta obra es que no se habla solo de la muerte, del Holocausto y de la tragedia que eso generó en los que sobrevivieron y los que no, sino que se trata de una vuelta de vida a todo esto a través del vínculo de la abuela con la nieta, que seríamos mi abuela y yo.
-¿Creés que la obra está dirigida a un público determinado o la podría ver cualquier interesado?
-No, al contrario. No está destinada a sobrevivientes o a sus familiares, es un homenaje a ellos pero es una obra para que la vea todo el mundo, sea de cualquier edad, religión o país. Porque se cuenta una historia de vida, saliéndose de un número de 6 millones de judíos, y contando toda la historia de una sobreviviente que empieza con la guerra. Pero cuando la guerra termina, la abuela busca la manera de sobrevivir y de vivir, pudiendo casarse, tener hijos y nietos, y todo lo necesario para lograrlo. Entonces, el mensaje de la obra es lograr que no se olviden a los sobrevivientes, que no se olviden estas historias, de nuestros abuelos, de nuestro pasado. Este es el granito de arena que siento que puedo poner, siendo la nieta de mi abuela.
-Más allá de la historia de tu abuela, ¿cómo te afecta personalmente a vos la Shoá?
-A mí me pasó algo muy fuerte, porque en un punto estaba naturalizado que mi abuela había sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial. Yo nací en el ‘82 y nací con eso. Era, por decirlo de alguna manera, una característica más de mi abuela. Ella era polaca, se vino a la Argentina, se casó con mi abuelo, cada tanto viajaba a Israel también. Y fue cuando mi abuela falleció que todo tomó otra dimensión. Porque yo empecé a averiguar sobre el número que le habían puesto en Auschwitz y un poco la obra trata de esa búsqueda. Y busqué por toda mi familia, por amigos, por papeles, por fotos, también me puse en contacto con museos de todo el mundo. Esa búsqueda la cuento en la obra, que es medio documental. Yo me crié toda mi vida en un colegio judío, entonces siempre tuve posibilidades de conocer historias sobre sobrevivientes que venían a dar su testimonio. Aparte realizábamos visitas al Museo del Holocausto seguido. Siempre estuve vinculada ya sea por mi abuela y sus amigos o por mis años de estudio. Incluso me fui de vacaciones con el grupo de sobrevivientes de mi abuela.
– ¿En qué momento decidiste ponerte a escribir esta obra y qué etapa de tu vida estabas pasando?
-La primera idea surgió luego del fallecimiento de mi abuela hace un poco más de diez años. El proyecto comenzó a tomar fuerza hace cuatro años, pero el paso más importante fue hace un año, cuando me contacté con Dennis Smith (el director de la obra), que después se le ocurrió la idea original de la obra y le conté sobre lo que había pensado.
-¿Cómo llegaste a contactarte con Smith y qué importancia tiene como director de la obra?
-A él lo conocí por haber visto sus obras y de nombre también, porque tenemos varios conocidos en común, nos seguíamos en Twitter, pero nunca nos habíamos visto. Las obras que yo había visto me movilizaron muchísimo y también me encantó él como actor, como dramaturgo, como director y su estética. Yo venía hace tiempo buscando a alguien con quien hacer este proyecto y creía que tenía que esperar hasta que apareciera la persona indicada. Y una vez me quedé pensando mucho, después de ver una de sus obras, y finalmente me animé a escribirle por privado en Twitter preguntándole si lo podía llamar. Él me parece un artista completo por donde se lo mire, todo lo que sale de él es creatividad, sensibilidad. Estoy feliz de haber dejado mi obra en sus manos, pero también porque pude confiarle las decisiones más importantes y cumplió.
-Sobre la investigación que mencionaste que hiciste, ¿cómo la viviste y a quién acudiste de tu familia para hacerla?
-Hablé con mi papá, con mis hermanos, con mi tío José, que es el hermano mayor de mi abuela y que también sobrevivió a la guerra. También con un amiga de toda la vida de ella. Finalmente, me contacté con los Museos del Holocausto de acá, de Israel, de Polonia y de Alemania. Fue una búsqueda bastante intensa y bastante completa.
-¿Cómo hiciste para que el proyecto se estrenara en El Cultural San Martín?
-Yo ahora estoy dirigiendo una obra checa y en 2006 me contacté con el director del San Martín para preguntarle si había lugar para esta obra checa que había hecho. Después esa idea quedó un poco en el aire, pero al mismo tiempo yo estaba estudiando dramaturgia y tenía algunos bocetos sobre la obra de ahora y le conté de esto. Entonces me dijo que cuando tuviera la obra lista que se la presentara. En paralelo, al año hablé con Dennis Smith para ver dónde podíamos presentar nuestro proyecto. Y me pareció ideal presentarlo en el San Martín. Se lo presentamos a la gente de ahí y les encantó, nos dieron fecha. Y actualmente nos llaman para felicitarnos, para hacernos devoluciones. Ellos quedaron muy contentos y para mí es un honor mostrar la obra ahí.