Todos los días me hago un rato para visitar a mis padres. Los cuido, junto con mi hermano, como el mayor tesoro que uno puede tener en la vida.
Una vez a la semana vienen a casa, Mary , mi mujer, les prepara las comidas mas deliciosas que ellos ya esperan y disfrutan.
La mesa de Shabat es otro de los bellos momentos que compartimos, cantando juntos las bellas melodías entre salmos, bendiciones, el kidush y lo más esperado, los besos compartidos deseandonos todos A Gut Shabes, Shabat Shalom.
Papá (el actor Max Berliner foto) con sus 98 años y mamá (Rachel Lebenas foto) con 83, aprendieron lo genial que les resulta la tecnología para alimentar el alma con bellos recuerdos, entonces nos sentamos en los sillones del living y You Tube se convierte en el
Gran Escenario. Entre la música judía, los cantantes y actores de antaño ellos comienzan a elevarse como si el tiempo nunca hubiese pasado. Sus caras lo dicen todo.
Parte de nuestra hermosa costumbre tambien es escuchar y ver música clásica, ellos tienen sus preferidos como Scheherazade de Rimsky-Korsakov por la Vienna Philharmonic, cuarenta minutos de una obra increíblemente bella.
Ultimamente disfrutábamos del concierto de Dmitri Hvorostovsky en vivo en la Plaza Roja. Hace dos días en casa papá me pidió que le vuelva a pasar una y otra vez el vídeo de este cantante único interpretando junto a la magistral Anna Netrebko una melodía que le trae recuerdos increíbles de su infancia, la canción Noches de Moscu.
Hoy me enteré que Dmitri Hvorostovsky murió hace pocos días a los 55 años. Fue un impacto para mi.
El y su música nos acompaña durante largas noches en casa junto con mis papás y Mary.
Lo sublime y bello del arte es lo que nos alimenta el alma y nos regala momentos únicos.
Comparto la bella canción con ustedes para que por un instante puedan al igual que nosotros tocar el cielo con las manos.
Dmitri y su bello arte serán inmortales por habernos regalado noches inolvidables. Lo comparto y que lo disfruten haciendo click aquí para ver el vídeo