Agencia AJN.- El gobierno israelí se prepara para deportar a miles de inmigrantes que llegaron al país en la última década, tras un acuerdo con países africanos que aceptaron recibirlos a cambio de beneficios de Israel.
En 2014, el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu implementó una política para reducir la población de unos 50.000 inmigrantes, la mayoría proveniente de Eritrea, Somalia y Sudán.
Como parte del plan, se les ofreció pagos en efectivo de 3.500 dólares si aceptaban abandonar voluntariamente el país. Los que se negaban eran detenidos en el centro Holot, ubicado en el sur de Israel.
Mientras que unos 15.000 inmigrantes considerados “ilegales” dejaron Israel desde 2014, el gobierno intentó deportar a los que se negaron a abandonar el país y que actualmente están en Holot.
El gobierno israelí había planeado deportar a los detenidos por la fuerza, pero la iniciativa fue bloqueada por la Corte Suprema en agosto, cuando los jueces dictaminaron que los acuerdos vigentes con las naciones africanas que reciben inmigrantes estipulaban específicamente que los países sólo aceptarían migrantes que dejaran Israel voluntariamente.
El tribunal también dictaminó que los detenidos retenidos en Holot no podían permanecer más de 12 meses en prisión.
Durante su viaje de septiembre a las Naciones Unidas, Netanyahu se reunió con líderes africanos para renegociar los términos del acuerdo de Israel con sus respectivos países para permitir que el Estado judío deporte a los inmigrantes “ilegales”, según informó Yisrael Hayom.
Los miembros de la coalición criticaron la decisión del tribunal y señalaron que la limitación de 12 meses a las detenciones en Holot creó un incentivo para que los detenidos se negaran a la “autodeportación” y esperaran el período de detención, momento en el que serían liberados.
Sin embargo, con los nuevos acuerdos, el gobierno podrá eludir la decisión del tribunal y deportar por la fuerza a quienes rechacen la oferta en efectivo.