Millones de israelíes celebraron ayer el 57 aniversario de su independencia con fiestas en las calles y con las ya tradicionales barbacoas familiares en los parques y playas del país. En una de las numerosas ceremonias oficiales, el primer ministro Ariel Sharon declaró que está «decidido a conducir al país hacia un cambio» . «Hemos jurado evitar que nuestros hijos tengan que pagar el precio de la guerra», añadió. Sharon dirige un plan de retirada de Gaza y del norte de Cisjordania, previsto para mediados de agosto, muy criticado por el sector más duro de los 240.000 colonos judios de las zonas palestinas.
Cerca de 9.000 de ellos serán evacuados de sus casas. Cuando los organizadores del Concurso internacional de conocimientos sobre la Biblia, pidieron ayer al primer ministro que leyera una pregunta, unas decenas de jóvenes le interrumpieron profiriendo gritos «judíos no deportan a judíos».
El presidente del Parlamento y destacado dirigente del partido de Sharon, el Likud, Reuven Rivlin, fue más lejos al expresar en un discurso público su temor de que el desmantelamiento de 25 colonias, coloque al país ante una guerra fratricida. «Más que nada temo que este año sea el año de un enfrentamiento civil», dijo. Y preguntó: «Y si es así, ¿cómo seremos capaces el próximo año de volver aquí y celebrar la fiesta con la bandera azul y blanca de la estrella de David?».
A pesar de la crispación de los colonos y de sus adeptos que ayer visitaron los asentamientos de Gaza, las encuestas indican que la mayoría de la población israelí aplaude el llamado plan de desconexión y espera que Sharon cumpla su promesa. Así, David Orren, un abogado de 45 años, capitán en la reserva, dice: «Ayer asistía en las calles de mi ciudad, Ramat Hasharon, a un desfile de decenas de miles de personas que celebraban la independencia cuando vi al oficial que nos llama a filas a la reserva militar. Pero me dijo que no me preocupara, que las cosas están mucho más tranquilas y a trancas y barrancas la tregua con los palestinos se mantiene, por lo que al menos este año nadie te llamará». «Dios dé larga vida a Abu Mazen»,dice un joven, refiriéndose al nuevo presidente palestino. David prosigue: «Estamos ante una encrucijada histórica y única. Si la retirada de Gaza funciona, el proceso tiene que seguir adelante en Cisjordania y quizás nos convirtamos en un país con fronteras reconocidas». «¿Y si Hamas gana las elecciones palestinas en julio, y convierte a Gaza en una República islámica a una hora de Tel Aviv ? «, pregunta el joven que bendijo a Abu Mazen. La impresion es que tras cuatro años y medio de intifada, israelíes y palestinos están ahora ocupados en sus luchas internas para determinar el futuro.
La guerra de independencia de Israel de 1948 concluyó con un armisticio que permitió la fundación del Estado judío. Cincuenta y siete años después, tiene 8,5 veces más habitantes: ha pasado de 806.000 a 6,9 millones de personas, el 80% judios y el 20 % arabes. El pasado año hubo 149.000 nacimientos y llegaron al país 26.000 personas, en su mayoría de la ex URSS y de Etiopía. Un 65% de los israelíes son sabras, personas nacidas en el país, pero el resto, casi dos millones de personas lo hicieron en el exterior, la mitad en la ex URSS. La economía israelí parece superar la crisis de los años de intifada. Las compañías de alta tecnología israelíes vuelven a florecer y el ministro de Finanzas, Beniamin Netanyahu, promete que en tres o cuatro años Israel alcanzará la independencia económica, sin necesitar la ayuda civil anual norteamericana, superior a los 1.200 millones de dolares. Segun él, dentro de 10 años la economía israelí será una de las más destacadas, con una renta per cápita de las más altas del mundo.
El Israel de 2005 es un país que pese a tener aún un millón de ciudadanos que viven por debajo del umbral de la pobreza, ha lanzado al espacio el satélite Amos, ha logrado recientemente dos Premios Nobel de Química -para Avraham Hershko y Aharon Shajanover-, tiene aviones sin piloto que protegen al primer ministro, así como un equipo de baloncesto, el Maccabi Tel Aviv, que por segundo año consecutivo es campeón de Europa.
Según una encuesta, el israelí más popular de la historia es Yitzhak Rabin, pero en la lista de los 20 primeros hay tambien compositores como Ehud Manor y cantantes como Ninet. Para recordar a Israel que aún le quedan enemigos, las milicias libanesas de Hezbollah lanzaron ayer sobre Galilea un misil Katiushka, que sólo provocó desperfectos. El abogado Orren dice: «Es su regalo de cumpleaños. A nuestros 57 años somos como una señora madura en muy buen estado y muy apetecible. Por eso algunos de nuestros vecinos aún nos miran con tanto deseo».
Fte L.V.D
E.Cymerman